Heidegger
La actual etapa del industrialismo se puede caracterizar como «sociedad de riesgo», una sociedad que no está asegurada, ni puede estarlo porque los peligros que acechan son incuantificables, incontrolables, indeterminables e inatribuibles. Al hundirse los fundamentos sociales del cálculo de riesgos, y dado que los sistemas de seguro y previsión soninoperantes ante los peligros del presente, se produce una situación de irresponsabilidad organizada. Frente a ella, nuevos sujetos sociales proponen un nuevo proyecto ilustrado, alternativo. Casi un 30% de las noticias que aparecen en los diarios de gran tirada de la República Federal son noticias relacionadas con «situaciones de riesgo» o con el «veneno de la semana»: escándalo de la carne deternera, extinción de focas, desaparición de especies enteras, smog, contaminación de petróleo en el Antártico, agujero de ozono, conferencias internacionales, valores límite permisibles, sentencias judiciales, declaraciones de inocencia —todo ello aparece en las primeras planas, en las páginas de divulgación científica, en las secciones de información económica, en las informaciones locales, en«varios». ¿Qué se esconde tras una sociedad como la nuestra que se debate vertiginosamente de una noticia terrible y de un peligro de envenenamiento a otro? Erhard Eppler ha manifestado recientemente que la coalición que gobierna en la República Federal ha acabado por ser arrastrada por la vorágine porque no ha sido capaz de comprender cuáles son los miedos y las realidades que encierran todas esasnoticias cotidianas sobre los riesgos que nos amenazan. Es como un jeroglífico; signos de una época que ya nadie comprende. Podemos citar como ejemplo el caso de la atracina que aparece cada vez en mayor cantidad tanto en las aguas subterráneas, como en el agua potable. Prácticamente nadie sabe qué es la atracina. Muchos técnicos afirman que es totalmente inocua. Tiempo atrás se establecieron —bastantealegremente— unos valores límite de 0’05 porque se pensaba que ni éste ni otros productos químicos llegarían jamás a contaminar las aguas subterráneas. Según se dice, carece de efectos nocivos y no se ha demostrado que produzca dolencia alguna; por lo tanto, basta con que multipliquemos por 500 sus valores límite para que el problema quede resuelto. Por otra parte, los ciudadanos normales noestán en condiciones de hacer ningún cursillo acelerado de química. En cualquier caso, ya han encajado otras mentiras. Ahora le ha llegado el turno al agua potable. El agua es el símbolo de la vida y, a fin de cuentas, nosotros percibimos la realidad a través de los símbolos. Aquel que envenena el agua es un «envenenador de fuentes», elevar los valores considerados como límite no es más que una suciatrampa. ¿Cómo salvar la vida de mis seres queridos, mi vida y la vida de las generaciones futuras? Estamos en la «sociedad del riesgo», es decir, rodeados de efectos destructivos de la industria que se abaten sobre nosotros hiriendo de muerte a muchos de nuestros símbolos culturales más importantes (árboles que mueren poco a poco, focas que se extinguen, agua potable contaminada). La esfera de loprivado salta hecha pedazos, ante nosotros se abren las tinieblas de una vuelta atrás, todo ello adornado y justificado por decisiones de alto nivel, por estrategias de mercado mundial, por experimentos de laboratorio, y justificado también desde los medios de comunicación. El gobierno utiliza la violencia policial para barrer Wackersdorf y grita a su vez: «¡Abril, Abril!», cuando otras personasmejor enteradas muestran su rechazo. La política oficial oscila entre la utilización de su poder y la impotencia; cada catástrofe ocultada a la opinión pública sirve para poner en evidencia y en ridículo a los propios políticos. Dicho de un modo más sistemático, la «sociedad del riesgo» es la época del industrialismo en la que los hombres han de enfrentarse al desaf ío que plantea la capacidad...
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