hello
Antes de fallecer su abuela le había dado un collar que según ella, le daría muchasuerte siempre y cuando lo tuviera puesto, el collar de plata de la abuela tenía un pequeño ojo colgando, Amelia siempre lo consideró lindo, aunque muchas veces había escuchado a la gente decir que era la forma del ojo era muy extraña, tanto así como para que todos la identificaran como la chica rara del “ojo”, claro a ella no le importaba, los comentarios superficiales de la gente no le hacíandaño alguno.
Tras un largo día en la escuela, se encontraba caminando de regreso a casa, no era un trayecto muy largo, le encantaba el paisaje en esa época del año, el otoño dejaba ver la maravillosa magia de todo lo que se marchita, pensaba que cada hoja caída era una especie de historia que nadie nunca se detenía a escuchar, pero Amelia era más perceptiva que el resto, siempre que podía seenamoraba de cada cosa que cruzaba frente a sus ojos, cada paisaje, cada nube, cada color y forma. No le molestaba no ser notada, de alguna manera creía que el amuleto de su abuela la mantenía pegada a la tierra, que la hacía soportar la soledad e incluso disfrutarla.
Cuando faltaban solo un par de calles para llegar a casa, se maravilló con el cielo y el atardecer, esos colores rojos y naranjasquedaban perfectos con las hojas en el suelo y las ramas desnudas, aprovechó el instante que nunca se repetiría para tomar una fotografía con su teléfono a tan bello atardecer, retrocedió unos cuantos pasos y presionó la pantalla para tomar la captura, sin aviso algo la golpeó y cayó al suelo dándose un buen golpe en la cabeza, miró hacia a un lado, aún tendida en el piso, y pudo observar a un niñotirado junto a ella.
Amelia se incorporó con un poco de dolor y algo mareada, junto al chico, se encontraba una bicicleta cuya rueda trasera seguía girando, el niño la miró y se levantó sin ningún rasguño, - Perdón- fue lo único que el pequeño pudo decir sumamente avergonzado, -Ten más cuidado- respondió Amelia con la voz más dulce que pudo, el pobre niño tomó su bicicleta y se fue caminando, mirandohacia atrás con dirección a la chica, aún con la cara de arrepentimiento y vergüenza, típica de un infante.
Que horrible, pensó Amelia, el momento perfecto del cielo se había arruinado, miró de nuevo al cielo, y el tono dorado del atardecer se había perdido, incluso adquirió un tono gris que le hizo sentirse mal del estómago.
Se apresuró a su casa para poder descansar después de tal golpe, yacon su pijama y la cara limpia se metió a su cama para dormir, no sin antes darse cuenta de que la sensación en su estómago no había desaparecido.
La mañana siguiente fue estremecedora para la chica, su collar no estaba en su cuello, eso no era posible, lo tuvo al salir de la escuela y en todo el camino hasta su casa, ¿acaso? Se vistió lo más rápido que pudo y corrió bajando las escaleras,precipitándose afuera de su casa
Todo era frío, las sombras de la calle le parecieron de lo más extrañas, con un tono gris, y deprimente, eso no importaba, tenía que correr, tenía que encontrar el collar de su abuelita, cuando llegó al lugar, una multitud de gente se encontraba de pie justo donde había perdido el amuleto. Una ambulancia estaba estacionada justo frente a las personas, y un paramédicocubría un cuerpo con una bolsa de plástico.
¿Qué es lo que estaba ocurriendo? Amelia tenía que recuperar el collar cuanto antes, se dispuso a pasar entre la gente, cuando de pronto se paralizó, un segundo cuerpo yacía en la calle, otro paramédico cubría el cuerpo de una chica, el piso estaba cubierto de sangre alrededor de su cabeza, un collar de plata con la figura de un ojo extraño y perturbador,...
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