Herbert marcuse

Páginas: 6 (1427 palabras) Publicado: 20 de noviembre de 2009
Herbert Marcuse
De «Eros y civilización»
Traducción de Juan García Ponce, Ariel, Buenos Aires, 1985, pp. 117-121

Sólo la filosofía de Nietzsche supera la tradición ontológica, pero su demanda contra el Logos como represión y perversión de la voluntad de poder es tan ambigua que a menudo impide la comprensión. En primer lugar, la demanda en sí misma es ambigua. Históricamente, el Logos de ladominación liberó antes que reprimió la voluntad del poder: era la dirección de esta voluntad la que era represiva, estaba dirigida hacia la renunciación productiva que hacía al hombre el esclavo de su trabajo y el enemigo de su propia gratificación. Más aún, la voluntad de poder no es la última palabra de Nietzsche: «La voluntad -esto es, la liberadora y portadora del goce: esto es lo que osenseñé, amigos míos! Pero ahora aprended también esto: la Voluntad misma es todavía una prisionera»[i]. La voluntad es todavía una prisionera porque no tiene poder sobre el tiempo, el pasado no sólo permanece sin liberar, sino que, sin libertad, sigue corrompiendo toda liberación. Hasta que el poder del tiempo sobre la vida sea roto, no puede haber libertad: el hecho de que el tiempo no «regresa»mantiene la herida de la mala conciencia; alimenta la venganza y la necesidad del castigo, que a su vez perpetúa el pasado y la enfermedad mortal. Con el triunfo de la moral cristiana, los instintos dé la vida fueron pervertidos y restringidos: la mala conciencia fue ligada con una «falta contra Dios». «La hostilidad, la rebelión, la insurrección contra el “amo”, el “padre”, el ancestro original yorigen del mundo»[ii], fueron implantadas en los instintos humanos. Así, la represión y la privación fueron justificadas y afirmadas, fueron convertidas en las fuerzas todopoderosas y agresivas que determinan la existencia humana. Conforme fue creciendo su utilización social, el progreso llegó a ser, por necesidad, represión progresiva. En este camino, no hay otra alternativa, y ninguna libertadespiritual y trascendental puede compensar las bases represivas de la cultura. Las «heridas del espíritu», si es que se curan, dejan cicatrices. El pasado llega a ser el amo del presente, y la vida un tributo a la muerte
Y ahora nube sobre nube rueda sobre el Espíritu, hasta que al final la locura predica: «Todas las cosas pasan, por lo tanto, todas las cosas merecen pasar. Y ésta es la justiciamisma, esta ley del tiempo, que debe devorar a sus hijos: así predicó la locura.»[iii]
Nietzsche expone la gigantesca falacia sobre la que fueron construidas la filosofía y la moral occidental -esto es la transformación de los hechos en esencias, de las condiciones históricas en metafísicas. La debilidad y el desaliento del hombre, la desigualdad del poder y la salud, la justicia y el sufrimientofueron atribuidos a algún crimen y a una culpa trascendentales, la rebelión llegó a ser el pecado original, la desobediencia contra Dios, y el impulso hacia la gratificación se convirtió en concupiscencia. Más aún, toda esta serie de falacias culminaron con la deificación del tiempo: porque en el mundo empírico todo está pasando, el hombre es en su misma esencia un ser finito, y la muerte está enla misma esencia de la vida. Sólo los altos valores son eternos, y, por tanto, reales: el hombre interior, la fe y el amor que no pide y no desea. El intento de Nietzsche de revelar las raíces históricas de estas transformaciones elucida su doble función: pacificar, compensar y justificar a los que no tienen privilegios en la tierra, y proteger a aquellos que les impiden tenerlos y los obligan apermanecer sin ellos. El logro de este propósito envuelve a los amos y a los esclavos, a los que gobiernan y los gobernados, en la expansión de la represión productiva que ha hecho avanzar a la civilización occidental a niveles de eficacia aún más altos. Sin embargo, la creciente eficacia envuelve la creciente degeneración de los instintos de la vida -la decadencia del hombre.
La crítica de...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Herbert Marcuse
  • herbert marcuse
  • Herbert marcuse
  • Herbert marcuse
  • Herbert Marcuse
  • Herbert Marcuse
  • Herbert Marcuse
  • Herbert marcuse

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS