herbolario
A Gustavo le debemos los guatemaltecos varias cosas. Una es su incansable amor por la ciencia y su preocupación para educar a muchos miembros de la sociedad guatemalteca y centroamericana(Gustavo era, al momento de fallecer, profesor de la Universidad Autónoma de Honduras).
Hay una frase que él acuñó, que lamentablemente aún no ha llegado a los oídos adecuados dentro de lasautoridades: “Quien no ha calculado el precio de la educación es porque no conoce el precio de la ignorancia”, y es que Gustavo creía, al igual que muchos otros colegas y mi persona, que la única forma de quenuestro país salga adelante es invirtiendo en la educación de cada uno de sus ciudadanos. Él más que nadie se esmeraba por educar a los que le rodeaban, batallando contra la ignorancia y promoviendosiempre entre las personas un pensamiento crítico analítico.
Sus intervenciones en las diferentes reuniones en las que coincidimos siempre estaban caracterizadas por su pasión por la ciencia y por sugenial sentido del humor, una combinación que se da muy a menudo en las personas que logran trabajar y desarrollar las actividades que les gustan. Su sencillez y humildad eran ejemplo para muchos.Recientemente Gustavo fue también un motor esencial para promover una oportunidad de educación superior y de calidad entre los guatemaltecos. Su apoyo para promover la creación de la Facultad de CienciasFísicas y Matemáticas en la Universidad de San Carlos fue esencial y muchos esperamos que esta facultad sea pronto una realidad y una opción para que en Guatemala se puedan formar científicosespecializados en diversas áreas de las ciencias exactas.
Gracias a la inquietud de Gustavo y otros colegas se creó un blog guateciencia.wordpress.com, dedicado a la divulgación y discusión de temas...
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