HERMANITO
Tener un hermano menor ha sido una de las mejores experiencias que he tenido.
Después de 13 largos años; tiempo en el que yo era laconsentida, la mimada, el centro de atención, mi mamá decidió tener un bebé.
Definitivamente la noticia me sorprendió, en ese mismo momento empecé a experimentar un sinfín de sensaciones: elnuevo hijo será el preferido, mi mamá ya no me va a querer; como también tenía muchas ansias de conocer a esa nueva personita que formaría parte de nuestras vidas.
A medida que fuepasando el tiempo y la pancita de mi mamá iba creciendo, el cariño que le tenía a mi hermanito aumentaba desenfrenadamente. En cada oportunidad que se me presentaba le cantaba, lehablaba, le contaba historias, le bailaba y una parte dentro de mí me decía que de alguna manera él sentía todo lo que yo hacía.
Cuando la espera por fin terminó, yo estabaemocionada por tener ya a mi hermanito entre mis brazos; y lo que inmediatamente sentí fue un profundo amor hacia esa personita que sin conocerla ya había colmado de alegría mi vida.
Dealgún modo inexplicable, por ser la hermana mayor supongo, siento la necesidad de protegerlo y de cierta forma hacerle entender qué decisiones son las correctas para que pueda vivir demanera plena. Pero debo entender que no hay experiencia en cabeza ajena y que es inevitable que él mismo se equivoque para que se dé cuenta cuál es el mejor camino.
Asimismo comocualquier par de hermanos, nos peleamos y discutimos de vez en cuando; pero lo importante es que siempre podemos contar uno con el otro cada vez que lo necesitemos.
Ciertamente, ambossomos inseparables, sin querer me he convertido en su cómplice de travesuras y en su compañera de aventuras. Es, sin duda alguna, mi personita favorita.
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