Heroe sin cualidades de sostiene pereira
por Mario Vargas Llosa
CON SOSTIENE PEREIRA, TABUCCHI ESCRIBIÓ UNA PERFECTA FÁBULA DE LA LIBERTAD Y UNA DE LAS POCAS NOVELAS MORALES LAICAS DEL SIGLO XX QUE PERDURARÁN. EL SECRETO ESTÁ EN LA HABILIDAD NARRATIVA DEL AUTOR PARA HACER CONVINCENTE EL CAMBIO DEL PERSONAJE PRINCIPAL: DE UN SER ANODINO Y SIN ASPIRACIONES A UN HOMBRE VALIENTE Y COMPROMETIDO.
Antes deSostiene Pereira (Milán, Feltrinelli, 1994), Antonio Tabucchi había escrito excelentes cuentos y relatos, pero en aquella novela de tan pocas páginas su obra alcanzó unas alturas que pocas ficciones escritas en nuestros días han rozado. La historia de este oscuro y envejecido periodista portugués, que, en agosto de 1938, en una grisácea Lisboa adormilada bajo la dictadura salazarista, experimentauna transformación ética y política, que, por un breve trance, hace de él un héroe, y luego, previsiblemente, ya en el exilio, vuelve a la vida anodina, es una pequeña obra maestra, que, además de conmover, desarrolla una problemática moral y cívica que trasciende su ceñida anécdota. La eficacia del estilo, su perfecta arquitectura, y la esencial economía de su exposición, imprimen a este texto unaintensidad que rara vez logra la prosa narrativa, sólo la poesía.
Según una nota que escribió Tabu-cchi para la décima edición italiana de la novela, la inspira un personaje real, un periodista portugués exiliado a quien el autor conoció en París, en los años sesenta. Sólo volvió a saber de él en 1992, cuando, ya en el Portugal de la democracia, leyó en un diario la noticia de su muerte,en el hospital de Santa María, de Lisboa. Cediendo a un impulso, fue a su velatorio, y allí comprobó que el anciano había terminado sus días en el olvido general. Poco después, comenzó a desasosegarlo el personaje de Pereira, al que daría vida literaria un año más tarde, en un pueblo toscano, en dos meses "de intenso y furibundo trabajo".
Lo que ocurre a Pereira —un viudo casto ehipocondríaco, que vive solo y se encarga de la página literaria de un periódico lisboeta de la tarde— en aquel tórrido verano de 1938, es lo que la literatura católica edificante llama recibir la gracia, el milagro de la conversión, escuchar el llamado: esa misteriosa revolución espiritual que gana para el bien, la luz y la santidad a quien hasta entonces ha vivido en la indiferencia, la confusión y elpecado. Pero la mudanza que Pereira experimenta no es milagrosa, ni religiosa, no intervienen en ella para nada (aunque él sea católico) Dios o los santos. Es de este mundo, terrenal a más no poder, confinada en una esfera en que el civismo y la ética ciudadana conforman un todo. Es muy difícil escribir novelas morales laicas en nuestra época. Probablemente, el último autor europeo que lo hizo contalento fue Albert Camus. Pero Tabucchi, en Sostiene Pereira, lo ha conseguido, y acaso su mérito sea todavía mayor porque, en los tiempos de apogeo del posmodernismo y de la literatura light, concebir una novela comprometida es ir contra la corriente. Lo notable es que su libro, considerando el enorme éxito que ha tenido (mereció en Italia los premios Viareggio y Campiello y se ha traducido a todaslas lenguas cultas del mundo), ha demostrado que la literatura liviana, de mero entretenimiento, no bastaba, que innumerables lectores añoraban una litera-tura que, sin dejar de ser entretenida, fuera más revulsiva y profunda que la que está hoy de moda.
El logro mayor del relato es hacer participar al lector de manera inequívoca en aquel secreto proceso que cambia al pasivo y apáticoPereira en cuestiones políticas, en un ciudadano en ejercicio, que se moviliza con gran audacia en contra de un sistema cuyas asfixiante coerción y crueldad se le acaban de revelar, y arriesga en ello su libertad y, acaso, la vida. Ese proceso no es del todo lúcido para el propio Pereira, que lo va viviendo sin tener cabal conciencia de él hasta el final. Tampoco parece serlo para el astuto narrador,...
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