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Leyenda
La casa del padre Pereira
Hace unos cuarenta años por cuestiones de trabajo, me traslade a Pregonero con mi familia. Allí alquile una hermosa casa que hacia esquina, una cuadra más arriba de la Plaza Bolívar y la Iglesia de San Antonio de Padua.
La casa era espaciosa: un gran patio después del zaguán con varios árboles y plantas con flores: alrededor de patio corredores concolumnas, y muchos helechos, habitaciones grandes de techo alto, ventanas a la calle con rejas estilo colonial, cocina espaciosa, sala y comedor.
Detrás de un huerto con árboles frutales. Mi esposa y mis tres hijos estaban encantados con la casa.
Pasaron los días tranquilos y felices, todo estaba en orden.
Una noche sentimos que tocaban en la puerta, fui abrir y delante de mí no había nadie, no dijenada, pero a mi esposa le paso lo mismo el día siguiente.
Los niños sentían que los llamaban por su nombre:
¿Mamá, me llamabas?
No, hijo.
Uno de los niños salía corriendo a la puerta cuando estaba por llegar, decía que yo lo llamaba y aún no había llegado
Otras vece veíamos la figura estilizada de un sacerdote con sotana que paseaba por los corredores y se iba hasta la parte de atrásperdiéndose en el patio.
Una noche cuando la sombra del sacerdote apareció, me fui detrás de el a cierta distancia y vi cómo se acercaba a un árbol.
Donde brillaba una luz intermitente, me fui para la habitación donde me esperaba mi esposa.
En las noches sonaban las ollas y todos los utensilios de cocina. Otras, se caían platos y tazas, imaginábamos que al otro día la cocina estaría hecha un desastrepero no era así, todo estaba en su lugar.
Teníamos solo dos semanas de estar en la casa y nuestros nervios estaban flaqueando, `por ello decidimos en reunión familiar, mudarnos, la vida allí no era posible, no se podía descansar ni de día ni de noche y lo peor de todo era que nuestros hijos tenían miedo.
No dije nada a mi esposa y otra noche en que figura del padre iba hacia el huerto lo seguí,le pregunte en voz alta:
¡De parte de dios que quiere!
Me contesto una voz timbrada
¡Que se vayan de mi casa!
Al otro día nos mudamos para un hotel hasta conseguir otra cosa sin aparecidos.
Han pasado los años, la casa estuvo muchas veces desocupada y cuando la alquilaban pasaba lo mismo, ni que decir tiene que no duraban mucho en ella…
Posteriormente fueron a vivir a la casa del padrePereira los hijos de una hermana de él y desde entonces no se escucharon más los ruidos extraños, dicen que su dueño no quería en su casa personas que no fueran de su familia.









Fabula
La cigarra y la hormiga.
La cigarra, que era muy holgazana, nunca quería trabajar. Se pasaba el día tumbada al sol, paseando o contando, mientras la hormiga trabajaba sin descanso.
¿Por quétrabajáis tanto?
Venid conmigo a jugar.
No podemos.
Respondieron las hormigas.
¡Tenemos mucho que hacer!
¡Lo hacéis otro día!
Dijo la cigarra convencida.
¡Imposible!
Dijo una de las hormigas.
Y tú también deberías trabajar. En invierno no tendrás nada para comer.
¡Qué tontería!
Protesto la cigarra.
Bueno, tu veras.
Dijo una hormiga, enfadada.
Hasta que llego el invierno, con el viento, elfrio y la nieve.
En el hormiguero, las hormiguitas estaban de maravilla. Tenían mucha comida y no pasaban fio. De pronto, una se acercó a la ventana dijo:
¡mirad!
¡es la cigarra holgazana!
Parece muerta de frio.
Les dio tanta pena, que decidieron salir a por ella.
Le prepararon un baño de agua caliente para los pies y le dieron una taza de sopa
Al día siguiente, ya recuperada, lacigarra dio las gracias a las hormigas y les prometió que nunca más volvería a holgazanear
Ese invierno se lo pasaron de maravilla.
En el verano dijo la cigarra:
Trabajare tanto como vosotras
Moraleja:
Esto nos quiere decir que no debemos de ser holgazanas como la cigarra, que debemos de trabajar como la hormiga, y no perder el tiempo en vagancias. Trabajar cada minuto de nuestras vidas, ya...