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La castidad es un valor moral de la misma forma que puede ser un contravalor y terrible causa de alteraciones psicológicas. Toda renuncia carnal o humana en pro de algo es una bendición. Cuando elhombre es capaz de desprenderse de necesidades primarias para entregarlas a un ideal es una bendición. Ahora sí, cualquier imposición puede ser mal entendida y provocar más mal que bien. Hasta hacemucho tiempo los dones de las universidades inglesas se suponían solteros hasta el final de sus vidas, eso era en concepto de toda una vida dedicada al estudio y la santificación en el trabajo. Las horasnecesarias para ser un formador en las universidades más importantes como Cambridge u Oxford no daban cabida a una vida familiar que tanto tiempo y dedicación necesita. Muchos hombres pasaron alahistoria por su dedicación y esfuerzo en la academia y por ende a la humanidad. También muchos acabaron en reclusiones psiquiátricas por no poder soportar la presión, entender mal la soltería osimplemente porque antes de cocineros fueron frailes, o antes de dones mari…
Entiéndeme que una renuncia no es rechazar lo que no necesitas, así un estéril no puede renunciar a tener hijos –aunque alguno lohaga sin contar la verdad del todo evidentemente- sino desistir de lo necesario. De poco sirve la presunción de que los católicos renuncian a reproducirse por amor de a Dios cuando en condicionesnormales nunca lo hubieran hecho. Pero lo que sí me preocupa es la extensión psiquiátrica de esa renuncia. Si una renuncia es impuesta: ¿es válida éticamente? No quiero entrar en disquisiciones, pero sí sipudiera abrir los ojos a la Iglesia que hipócritamente oculta y falsea cifras sobre los abusos sexuales, homosexualidad en sus filas y los niños que en vez llamar padre al señor cura como todo elmundo lo llaman tío.
El regalo implícito a las universidades o a Dios que por la ocupación de tal puesto se renuncia a la vida sexual de la persona, nunca se ha estudiado en todas sus consecuencias...