Higgs

Representó medio siglo de costosas investigaciones,
enormes laboratorios que asombran y en cierta forma
atemorizan al mundo; cerebros magnos cavilando sobre
las profundidades de la llamada“materia”. Desde Bacon y
el método científico, la hermandad del pensamiento
humano, considera que conocer un elemento, cualquier
fenómeno del cosmos, es involucrarlo en la explicación
matemática, elconocimiento divino reverenciado en los
templos pitagóricos. De esta manera, queda la
tranquilidad de que la más endiablada o endiosada
partícula del inframundo, es colocada bajo una especie de
custodiaintelectual. Pero lo cierto, es que no tenemos la
capacidad de conocer “en sí”. Solo somos estimulados
por las representaciones, el fenómeno, la apariencia, la
forma externa; así un objeto quedecapturado por una
fórmula de la intuición, como una chispa mágica que se
desprende de los circuitos cerebrales, solo llega a la
conciencia la representación de una pretendida realidad.
Las leyes deNewton, tan reales ayer, hoy son fórmula s
cortas del “saber”, enfrentadas a la moderna física
cuántica.
El otro lado de la materia –prefiero llamarla realidad
exterior-, es el mundo de laconciencia, de las imágenes,
representaciones, intuiciones y emociones. Para el caso
de las micropartículas como los bosones, fotones, etc., las
matemáticas son su representación, su dibujo mental ysíquico; demasiado lejos de la antigua y
aristotélica realidad de los sentidos, aquella que
Feuerbach y Marx cambiaron por la materia de la acción
humana, tan odiosamente subjetiva para los activistas,pero necesaria para que el materialismo pudiera
sobrevivir a Hegel. De este otro lado, el de la conciencia
del mundo, del espíritu, el lujoso hallazgo científico, es un
reto para unaconcepción de la ética, de la sociedad, la
filosofía, y para entenderse con un creador del mundo.
Desde luego, la partícula citada, no trae de la mano un
hacedor universal en siete días, y mucho menos...