hijos felices
La educación de las virtudes
Introducción
Todos los padres de familia de este mundo queremos que nuestros hijos sean felices y deseamos, con mayor o menor precisión, lo mejor para ellos. Pero lo que no nos es tan fácil de decidir es a qué clase de felicidad aspiramos ni qué medios vamos a poner para dársela.
Tomás de Aquino, ya en el siglo XIII, afirma que el fin de laeducación es la felicidad.
Si intentamos hacer el esfuerzo de educar y no los dejamos a su suerte ni a la deriva, es porque nos proponemos, a costa de bastantes sacrificios, y con mucha alegría por estos esfuerzos, que nuestros hijos no sufran o, hablando con más propiedad, que no sufran por causas que se pueden atribuir a ellos mismos. A defectos adquiridos o no erradicados a su tiempo, aegoístas consentidos, a exigencias que los hunden, a faltas de cariño o de amparo o para darles las ayudas necesarias, a una no aceptación de su modo de ser, a celos no advertidos, a rivalidades provocadas sin darnos cuenta.
Sabemos, por ejemplo, que hay desgracias o infortunios que no podemos prever, aunque hayamos puesto todos los medios. Ciertas enfermedades o agresiones externas escapanabsolutamente a nuestras manos; por mucho que sea nuestro cariño y nuestra diligencia no podemos prevenirlas. Ni siquiera loa fallos debidos a sus propias limitaciones insuperables.
No podemos hacer de uno de nuestros hijos un eximio futbolista ni un buen dibujante, ni darle el buen oído o la coordinación manual, si Dios no le dio la facilidad para estas artes. No podemos pedir que sean losprimeros del curso, ni siquiera que sena los más simpáticos, si no nacieron con cualidades intelectuales destacadas o si por carácter son tímidos o poco sociables. Intentaremos que suplan estas limitaciones y que desarrollen sus dotes, aunque estas no sean deslumbrantes. No los exhibiremos por sus talentos ni los subestimaremos por lo que Dios no les ha dado.
Lo que sí está claro es que no losqueremos con cualquier clase de fácil felicidad aparente.
No nos contentaríamos con una felicidad artificial (el éxito externo, sin esfuerzo o sin aporte de su parte, por ejemplo, o resultados brillantes obtenidos a través de medios deshonestos).
Como dice C.S. Lewis, “Sólo para aquellas personas que no nos importan mayormente, exigimos felicidad a cualquier precio. Con nuestros amigos, con laspersonas que amamos, con nuestros niños somos exigentes y preferimos verlos sufrir mucho antes que verlos felices de un modo despreciable y enajenado”.
La Diferencia entre Talento y Cualidad
Dejando de lado a los padres frívolos y superficiales (la peor desgracia filiar), que con buena intención, tal vez, pero con visión chata de la vida, pretenden para los hijos lo fácil y loplacentero, la mayoría quisiera que los hijos llegaron a adquirir todas esas cualidades que hacen a un ser humano sea una persona. Es decir, que poseen esas cualidades que permiten el acceso a la felicidad relativa de esta tierra.
Los padres no podemos confundir talentos con estas cualidades humanas. Los talentos nos viene dados: la belleza física, el buen oído musical, las dotes intelectuales(matemáticas, verbales), las destrezas atléticas... esas no se las fábrica uno.
Los talentos pueden desarrollarse o dejar que se amohosen, pero nadie puede concedérselos a otro ni así mismo. Exigir o esperar de los hijos talentos que no tienen es frustrarlos, desanimarlos, o, el día de mañana provocar su rebeldía o problemas de autoimagen.
En cambio, esas cualidades humanas, me refiero obviamente ala sinceridad, el orden, la obediencia, la perseverancia, la lealtad, la reciedumbre, la templanza, el pudor, la laboriosidad, la sencillez, la sobriedad, la justicia, la generosidad, la cortesía, etcétera, sí son asequibles a todo ser humano.
¿Qué son estas cualidades?
Si estas cualidades no fuesen hábitos, es decir, adquiribles por la repetición de actos, no serían asequibles a todos...
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