Hildegarda

“La palabra de Hildegarda y su escritura fueron posibles gracias a que ella no era nada, sino sólo receptáculo y transmisión de la voluntad de Dios. Su autoridad procedía de que noera ella quien hablaba sino la voz que oía en la visión” (Cirlot Victoria, Blanca Garí pág 55).

Tuve la fuerza, la osadía de enfrentarme y tocar el cielo, los hombres no mecreyeron pertinente para cargar con mensaje tan noble, tuve que enfermar, tuve que morir y enloquecer un poco, tuve que decir cosas semi absurdas que pudieran creer, tuve que guardar ensilencio visiones y secretos tan crueles que los oídos no podrían escuchar. Yo soy quien ha venido desde allí para decir la palabra sagrada y depositarla en tierras vírgenes, pero paraellos, para todos ellos, yo no soy. No soy más que un objeto, un cable entre el cielo y la tierra, soy un cuerpo vacío con una voz que me supera. ¿Hasta dónde ha llegado nuestrasoberbia? ¿Con qué nombre desciframos palabras divinas?

He de marcharme a un lugar desierto donde quizás estas visiones ya no me atormenten. El éxtasis propio se ha perdido en unviaje largo, mi arrogancia se esconde en tejidos de humildad, vienen desde lejos a escuchar mis palabras y yo voy por sendas lejanas para ver si esta voz la callo. Se me ve con deleiterecitar el himno sagrado que se me otorgó, pero en secretos callo el deseo de opacar la tenebrosa realidad. Que vengan de todos lados y que vallamos a todos lados, quizá fue elencierro, quizá fueron locuras que aumentaban con la escases de sol, quizá fue un poco la soledad, un poco las paredes de piedra. Soy quien soy y he convencido a varios de ser otra. Seasoma ahora entre estos sueños una luz que me encandila… Puedo ver desde lejos el camino, puedo ver desde lejos las repeticas visiones, puedo ver desde lejos a Richardis de Stade.