hipocrita
Todo empezó con la invitación de boda de Rosana Mingote, la amiga de una amiga deuna amiga. Estábamos de cena ciento y la madre y ella lo suelta ahí, a bocajarro y sin venir a cuento.
-¡Qué me caso!
Pues muy bien…
-¡Y estáis todas invitadas!
Me cago en la p…
Todasempezaron a felicitarla y hacer brindis en su honor. Yo, con la sonrisa esculpida en la boca, rezaba porque aquella invitación no fuera más que una forma de hablar. Pero, no, no… ¡repartió lostarjetones! Pero, ¿qué clase de broma es ésta? ¿Por qué a mí? ¿Qué te he hecho yo? Y entre el entusiasmo general, yo no sabía dónde meterme.
Horas después, en mi camita, mientras me lamentaba, la vocecillallegó sin avisar y con ganas de marcha.
-No quiero ir.
-Pues no vayas.
-Pero es que todas van, ¿cómo voy a decir yo sola que no?
-¿Desde cuándo eso es una razón con fundamento?
-Ya séque no es una razón, pero pensará que tengo un problema con ella, que me cae mal… ¡Yo qué sé!
-Pues explícale tus motivos.
-¿Que no somos tan amigas como para ir a su boda, que me sentiría fuerade lugar? ¡Tú estás loca! ¿Cómo le voy a decir eso?
-Porque es la verdad.
-¿Por qué es la verdad? ¿En qué mundo vives? ¡Eso tampoco es una buena razón!
-Yo soy de las que piensa que con la...
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