hisortia

Conocía muy bien esas calles, sabia cuando una se bifurcaba o cuando se hacia una esquina. Sabía muy bien cuantas cuadras había desde el monumento del faro rojo hasta el último poste antes de entrara la carretera. Recordaba bastante bien cuantas líneas y huecos tenía la acera. Era como si ese hubiese sido su hogar durante todos estos 80 años. Recordaba todo esto, cosas que a simple vistaparecen irrelevantes y comunes, pero no recordaba los nombres de sus hijos, el nombre de su esposa. No recordaba cuando había partido esa mujer sin nombre que lo acompaño mucho tiempo. No recordaba hacecuanto tiempo se había jubilado, no tenía la menor idea de donde estuvieran sus hijos y lo peor era que no recordaba hace cuanto tiempo había dejado su hogar.
La verdad es que el señor, perteneciente yaa la cuarta edad, no había sido del todo un buen hombre. Renegón hasta más no poder, cada golpe hacia su mujer era un golpe a cada hijo que tenia por no comer todo el almuerzo.
El alcohol fuequizás su mejor amigo y quién sabe si es que alguna vez le dio buenos consejos, de repente solo lo hundía más… Dos cajetillas de Marlboro al día no habían hecho efecto en sus pulmones durante unos 58 años yla verdad es que hasta ahora no sentía los efectos que los científicos daban a conocer. Digamos que también considero al cigarro un mejor amigo, uno que lo acompañó en los momentos de soledad.
Todoesto recordaba mientras caminaba, recordaba el mal hombre que fue, recordó el crujido de un hueso como cayendo de un piso muy alto y estrellándose contra el suelo. Sin embargo no fue esto lo quecauso ese sombrío sonido.
¿Qué habrá sido? -Se preguntaba con un poco de miedo, como escondiendo algo que solo él sabía.
¿Qué habrá roto la muñeca de mi hijo? -decía y seguía mostrando miedo, como sialgo adentro lo maldijera y le estuviese diciendo que diga la verdad. (¡HIJO DE PUTA!) Pero él no había sido, (¡HIJO DE PUTA!) El no había roto la muñeca de su hijo (¡HIJO DE PUTA!) Tirando de su...