HISTORIA 1
Suena el teléfono y no atiendo. Se escucha el ladrido de unos perros a lo lejos, tal vez pelean por un gato callejero o en otros casos, a una persona que no le cae bien a nadie.
Las manecillas del reloj están descompuestas. Al parecer deben ser las 4 o un poco más que las 5 de la tarde. Miro al techo y esta se aleja lentamente, las paredes evitan mi presencia y la cama devora a estecuerpo vacío. Los ojos están muy cansados, he olvidado como parpadear todo este tiempo. Mis lágrimas se pasean por la cubierta del rostro y mis pómulos han cambiado su color a uno más oscuro. Mi boca la tengo sedienta, día y noche me reclaman la ausencia del agua. El ambiente está muy tenso y espantoso. Hay una mezcla entre el perfume de vainilla y moho invernal. El silencio está haciendo justicia y elsol se está desvaneciendo pausadamente. Lo último que recuerdo fue que algo filudo atravesó mu pecho Era doloroso y en ciertos caso no he escuchado palpitar a mi corazón. Siento como si la sangre abandonara mi debilidad y se expandiese por el suelo. Escucho un susurro muy despacio, Evelyn, alguien me llama por mi segundo nombre. Hago el esfuerzo de levantar mi cabeza y observar la oscurahabitación. Alguien más estaba junto a mí esa tarde. Alargó sus escuálidos brazos y besó mi frente. Acarició mi cabello con gran delicadeza y me llevó hasta donde se sitúa su corazón. Hizo que me levantara de las garras de aquel demonio. Apartó la filuda arma que aún se situaba en mi pecho y caminé junto a él. Sujeto mi mano y me envolvió con un manto oscuro, parecido al de la noche. La muerte alzó miespíritu y me liberó de las cadenas de aquella siniestra habitación.
PESADILLAS QUE MATAN
-No me dejes sola con estas bestias hambrientas- replicó Alejandra. Fue lo último que escuche de ella esa noche de Abril. Luego se desvaneció lentamente entre las ramas de los arboles con grandes gritos desgarradores. Todo ocurrió muy rápido, dejarla me causaba un estrecho agujero en el pecho. Mientrascorría despavoridamente, tropezaba con las piedras que me impedían el paso. La desesperación me venció más de una vez. No quería ser devorado por esas extrañas sombras que se ocultaban y por ese motivo actué egoístamente. Debía encontrar al profesor de Ciencias y avisarle lo que vieron mis ojos. A lo lejos divisé el humo de nuestra fogata. No creo que ellos estén preparados a lo que voy acontarles.
Cuando llegue al punto de partida, todo era catastrófico. Había manchas de sangre por todo el lugar, las carpas habían sufrido un grave colapso y nuestros objetos personales estaban regados en diferentes direcciones. Intenté asimilar por unos instantes lo que estaba pasando. El miedo se apodero de cada nervio y caí fuertemente de rodillas. Un choque de emociones experimenté, era una mezcla deira con maldiciones amargas. Me encontraba completamente solo en las altas montañas al este de la ciudad. En mi mano izquierda solo me quedaba una linterna que tiritaba a menudo, en cualquier momento esto se apagaría y esas bestias me devorarían con tanto placer como le pasó a Alejandra. Sequé mis lágrimas y busqué un refugio, caminé moribundamente con la mirada en alerta. Sabía que esa noche era elfinal de mi camino como también el de mi sombra.
Desperté en una cama muy cómoda y suave. Un olor de canela se pronunciaba en la habitación donde me encontraba. Se escuchaba un extraño himno muy cerca, a pesar que intentaba encontrar el significado, no entendía una sola palabra. Me levante muy despacio y cogí mis zapatillas. Todo esto era impactante, me encontraba vivo y muchas dudas pasaban pormi cabeza. Una extraña anciana me saludó con ternura y palmó su fría mano en mi rostro. Al parecer se mostraba un poco entusiasmada con tan solo verme.
-Me alegro que hayas sobrevivido en estas temibles tierras jovencito.- Exclamó con gran nitidez. Me intimidaba con solo verla. Esos grandes ojos mostraban compasión de mi supervivencia, pero no debería bajar la guardia. Algo de ella no aspiraba...
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