historia 78
Sin dudas, la propaganda es uno de los instrumentos más importantes que tienen los gobiernos dictatoriales para publicitar su ideología. Y, en ese sentido, el deporte siempre fue una herramienta útil para ocultar –por un rato- maniobras políticas ilegales. Así como los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936, fueron utilizados por Adolf Hitler en Alemania, el Mundial de 1978 disputado y ganadopor Argentina permitió silenciar por varios meses lo que ocurría en el país con la Junta Militar y sus atroces crímenes de lesa humanidad.
Los gritos de gol en el Monumental y los festejos ante cada triunfo que acercaba a la Selección a la final del Mundial parecían tapar aquellos gritos desgarradores de quienes, a menos de 1000 metros de allí, en la ESMA, sufrían en lo más cruel de la palabralas torturas de la dictadura militar más sangrienta que vivió Argentina. Así lo refleja el libro “La vergüenza de todos”, de Pablo Llonto: “Mientras la sociedad miraba y disfrutaba de la fiesta de todos, a diez cuadras del estadio de River, en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, se violaban los derechos humanos”. Aunque fue el más grande campo de concentración de la dictadura, no fue elúnico. Tanto en ese como en muchos otros hubo deportistas argentinos. En Núñez, por ejemplo, estuvo Daniel Schapira, el único tenista desaparecido, mientras que en el conurbano estuvieron, entre otros, el atleta Miguel Benacio Sánchez y el futbolista Claudio Tamburrini. La historia de éste último es una de las más conocidas, gracias a la película “Crónica de una fuga”. Tamburrini era arquero deAlmagro y estudiaba filosofía cuando lo secuestró un grupo de tareas de la Fuerza Aérea en 1977. Fue trasladado a la Mansión Seré, hoy un centro recreativo y de memoria en Ituzaingó, provincia de Buenos Aires, desde donde escapó –junto a otros tres compañeros- desnudo mientras afuera una tormenta azotaba la ciudad y helicópteros trataban de evitar la huida. El de Miguel Sánchez también es otro caso queaún hoy se recuerda gracias a “La Carrera de Miguel”, que año a año se celebra en Argentina y en Italia. Era un maratonista y fue secuestrado en su casa de Berazategui en 1978. Su detención se produjo en el Centro Clandestino El Vesubio, de La Tablada, donde estuvieron al menos 400 personas.
Así, con secuestrados por todo el país, en junio del 78 los argentinos que podían caminar sinpreocupaciones por la calle se sentaban en un sillón para ver los partidos del Mundial, ese en el que la dictadura gastó 700 millones de dólares, una cifra sideral y envuelta de corrupción. Lo primero en crearse fue el Ente Autárquico Mundial 78 (EAM 78), que les facilitaba a los militares el control absoluto del torneo. El primer presidente fue el general Omar Actis, del Ejército y enfrentado con CarlosLacoste –un íntimo de Emilio Massera, de la Armada e integrante de la Junta-. Fue Lacoste quien finalmente terminó controlando el EAM 78 ante la sospechosa y nunca esclarecida muerte de Actis en 1976, en un hecho que se trató de atribuir oficialmente a la guerrilla pero sobre el que siempre sobrevoló la sombra de Massera. Eso favoreció el gasto millonario en el que se incluyó la remodelación...
Regístrate para leer el documento completo.