historia cine
Como anota el investigador del CIESAS:
Mientras los paseos o los combates de flores remitían a las remembranzas nostálgicas de cierto provincianismo, el ir a una sala de cine o el asistir a un match de beisbol mostraban una disposición particular hacia lo moderno y urbano.
A continuación reproduzco el pasaje que corresponde al cine:
Pero hablando de cine, ya fueraa partir de los populares kinetoskopios, con todo y sus “vistas picantes” o como parte del ritual de asistir a un salón de proyecciones, en ese México a la vuelta del siglo, dicho medio de comunicación ya había conseguido su carta de ciudadanía. Aun cuando en sus primeros años en México el quehacer cinematográfico se caracterizó por la trashumancia, como bien lo dice Aurelio de los Reyes, ya para1906, la ciudad contaba con 16 salones que proyectaban las novedades de las casas Pathé, Edison, Méliès, Gaumont, Urban Trading, Warwick, Mutascope y Poliscope (De los Reyes, 1977: 32-33). Al final de ese mismo año José Juan Tablada reconoció la popularidad del cine con la siguiente frase:
…has sido ¡oh año de 1906! El año del oro en circulación, el año del tifo siniestro, el año de la fiebredel automóvil y del sarampión del cinematógrafo. (cit. en De los Reyes, 1977: 33)
En los salones en los que se proyectaban las primeras “vistas” se podía reunir toda clase de representantes de los distintos, sectores sociales de la capital. Damas elegantes, fifíes y lagartijos se combinaban con palurdos, sirvientas y genízaros. Esta mezcla les pareció intolerable a ciertos sancionadores del buenvivir de la capital. Luis Reyes de la Maza cita por ejemplo a un periodista de la primera mitad del siglo que escribió:
Este espectáculo que eleva a las clases inferiores envilece y degenera a las superiores si a él sólo se entregan y consagran. El ejemplo que dan nuestros ricos en el cinematógrafo es desmoralizador y disgustante, no sólo por el bajo nivel que acusa el sentido general estético,sino por el contraste que presenta con los esfuerzos nobles de la burguesía por implantar y arraigar aquí el arte verdadero y alto que eleva el espíritu y hace florecer el amor al ideal. (Reyes de la Maza, 1968: 46-47)
Con todo y sus detractores, ir al cine poco a poco se convirtió en una actividad favorita de los capitalinos quienes no dejaron de asistir a las salas de proyección a partir de suinstauración en el medio urbano. De nada sirvieron las diatribas, ni las objeciones. El cine llegó para ocupar las horas de ocio y entretenimiento de un amplio sector que rápidamente fue creciendo hasta extenderse prácticamente a toda la sociedad capitalina.
De los Reyes, Aurelio, El cine en México, 1896-1930 en Ochenta años de cine en México, UNAM, 1977.
Una investigación realizada en Puebla porel músico estadounidense Francisco Rocafuerte halló 158 obras para salón inéditas, de las cuales 64 son para piano y 35 para voz y piano. Las piezas son especialmente de los periodos del porfiriato y la Revolución Mexicana.
Uno de los más interesantes hallazgos es una partitura de Jaime Nunó, autor de la música del Himno Nacional Mexicano, titulada Los catrines de mi puebla, que pudiera ser másantigua, además de otras de compositores relevantes como José I. Zamora y José Refugio Gutiérrez. La mayoría de las piezas son anónimas y fueron rescatadas de archivos familiares, explica el pianista, considerado como uno de los más destacados de Norteamérica.
Señala que las obras encontradas en la investigación –que duró tres años, del 2006 al 2009– “son piezas para tocarse en salón y narran...
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