historia de adan y eva
En este ejemplo vemos que cualquiera sea el carácter personal del siervo de Dios,el Señor no lo tendrá por inocente si no pone en orden su casa como corresponde. Elí debía haber reprimido a sus hijos. Era su privilegio, como lo es el nuestro, poder contar con el poder de Diosactuando con él para someter todo elemento que, en su casa, fuese por naturaleza a comprometer el testimonio que debía a Dios. Pero él no actuó en este sentido ni supo prevalerse de este poder para vencerel mal en los suyos; así pues, el fin de Elí fue un terrible juicio: porque su corazón no había sido quebrantado con motivo de su casa, su nuca fue quebrantada con motivo de la casa de Dios. Si Elíhubiera contado con Dios y actuado fielmente con Él para reprimir a sus contumaces hijos, según la santa responsabilidad que recaía sobre él, la casa de Dios nunca habría sido profanada, y el arca deDios no habría sido tomada. En una palabra, si Elí hubiese considerado a su familia como parte de sí mismo, y hubiese hecho de ella lo que debía ser, no habría atraído sobre sí el terrible juicio deAquel que tiene por principio no separar jamás estas palabras: “Tú y tu casa.”
¡Ay, después de este evento, cuántos padres han seguido las pisadas de Elí! ¿Cuántos padres hay que se hacen unaidea totalmente falsa de la base y del carácter de sus relaciones con sus hijos, actuando hacia ellos según el principio de una indulgencia ilimitada, dejándolas hacer su propia voluntad en todo el...
Regístrate para leer el documento completo.