Hace algo de tiempo en Michoacán de Ocampo, y buena parte de los de Guanajuato, Guerrero, Jalisco y San Luis Potosí, eran la sede de uno de los grupos indígenas más importantes por su número, sudesarrollo social y cultural, los tarascos. La enfermedad y la muerte se encontraban rodeadas de prácticas muy alejadas de posiciones racionales y de conocimientos objetivos sobre el organismo humano.Desconocimiento del cuerpo, sus órganos y funciones, que no permitía apreciar y reconocer las enfermedades y luchar contra ellas eficazmente. Ciertamente que se practicaba el uso de plantas medicina¬les, pero con base en un conocimiento práctico, empírico. Esta medicina, que no puede calificarse siquiera de elemental, la aplicaban los sacerdotes, los magos, los chamanes, es decir, personas ligadascon la religión, la magia, lo sobrenatural La situación existente en lo relativo a la medicina, en el mundo indígena antes de la conquista, se mantiene con pocas variantes y solo algunos avances, enlos tres siglos de vida colonial. Los adelantos se aplicaron especialmente en el sector de la población formado por los españoles peninsulares y los criollos, más que al sector mayoritario formado porla población indígena.
Los servicios médicos, curación de enfermedades y mantenimiento de la salud, en la calidad mas avanzada de su tiempo, no tenían carácter popular, ya que sólo los disfrutaban unpequeño sector social y privilegiado y, el mayoritario, formado por los mestizos y los indios carecía casi totalmente de ellos. En cuanto a la enseñanza de las ciencias médicas y formación de losprofesionistas necesarios para su aplicación, puede afirmarse que no existió de manera regular y científica.
En España, metrópoli de la colonia, las ciencias médicas tenían un desarrollo más lento queen los otros países europeos. Basta señalar que la enseñanza de la anatomía humana se limitaba por prejuicios muy arraigados; la Inquisición prohibía terminantemente la disección de cadáveres...
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