Historia De Las Gastronom A Chilena
Gastronomía de Chile
La cocina chilena es el resultado tradiciones culinarias que se funden y dan
vida a la llamada cocina criolla. Son estos aportes, la tradición indígena, que
se hizo sentir en las materias primas aprovechadas; la herencia española, es
decir, los hábitos gastronómicos, y los usos y costumbres que trajeron los
conquistadores; y por último, la influencia extranjera, en especial la
influencia de la maestra suprema en este arte, como lo ha sido Francia.
La gastronomía chilena se destaca por su variado sabor y color;
acompañada de bebidas alcohólicas como el vino y pisco.
Historia de la Cocina chilena
Al llegar los conquistadores al mando de Pedro de Valdivia, entablaron las
bases de la futura alimentación criolla; entre los productos que trajeron
están el trigo, los cerdos, pollos, vacunos, y ovejas. Los mapuches legaron
también sus productos agrícolas, proporcionando las papas, el maíz (choclo)
y el fríjol (poroto). Estos ingredientes base se mezclaron y así; dieron origen a los platos más típicos de Chile. Según los historiadores, el menú durante la
Colonia era muy nutritivo. El primer plato lo llamaban "de residencia", el cual
podía ser carne, ave o pescado. Después seguían con "el guiso abundante"
hecho de preferencia con choclos y papas. Al principio de la colonia
comenzó a ser muy conocido, las humitas, la chuchoca, el pilco y el locro.
También en la colonia nace la afición a las algas marinas como el cochayuyo
y el luche que se servían acompañados de huevos duros. El pan era de tres
clases: tortilla de rescoldo, pan español con mucha grasa y miga, y el pan
chileno, aplastado y "cascarudo". Al final se servía de postre, frutas, en
especial chirimoyas, frutillas y lúcumas. El almuerzo y comida terminaban
con un agua de hierba, que podía ser de paico para el empacho y los
problemas intestinales. En el siglo XVII las monjas dieron un gran impulso a
la cocina chilena. De ahí sale la expresión "Hecho con mano de monja", para
expresar que se trata de un manjar exquisito.
En el mismo siglo, llegaron a Chile provenientes de México el pavo y el
ganso. De Jamaica las sandías y los melones escritos. Pescados y mariscos
adquirieron nombres y apellidos; el Pejerrey de Aculeo, el tollo y la Langosta
de Juan Fernández, los Erizos de Papudo, entre otros. El chocolate y el mate
eran las bebidas más populares.
La cocina chilena empezó a adquirir refinamiento a mediados del siglo XVIII,
época de fiestas y saraos y las mesas comenzaron a adornarse con
elegancia para el almuerzo y la cena. Los productos regionales dotaron a los
cocineros criollos de apetitosas curiosidades. Combarbalá sus tortas. La
Serena, el pavo mechado. Chanco, sus quesos y Chiloé su curanto.
Sin embargo la comida del pueblo era diferente a las que servían en las
mesas aristocráticas. La primera estaba constituida de harina, charqui y
porotos con sal y pimiento seco. En los días de fiesta el menú variaba. Carne
asada al palo, guatitas, carbonada, cazuela, mote, pescado frito, chupe,
empanadas y sopaipillas.
Llegaron entonces al país, el té y el café que dejaron en segundo plano la
costumbre de beber mate. Los vinos chilenos adquirieron fama y el pueblo
chileno se aficionó a la chicha de uva.
La cocina chilena adquiere una fisonomía definida durante la Patria Vieja y la
Nueva. A partir de la fecha que marca el inicio de la independencia de
España, el 18 de septiembre de 1810, en las mesas criollas se comienza a
festejar el acontecimiento con empanadas, chicha y vino tinto. El caldo de
vaca con ají, espesado con chuchoca, se ...
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