historia de los simbolos patrios

Historia de los símbolos patrios El camino del corazón
Una hermosa mañana, cuando oigo el viento venir de aquí para allá, y empujando los arboles de las hermosas jacarandas, solo estoy sentada observando la calma del tiempo a mis 86 años desde el jardín de mi querida casa enCoyoacán.
En días como estos me acuerdo de mi juventud, sobre todo cuando me la pasaba estudiando y viajando para encontrarme a mi misma…
Cómo recuerdo el momento en que cumplí mis 18 años; tenía una imagen distinta de la vida, quería conocer, saber y experimentar cosas nuevas; para ese entonces mi padre ya había muerto de cáncer y mi madre no me quería ni ver por el simple hecho de ser suhijastra. Ella se había casado con mi padre solo por ser mantenida por dinero, y yo lo sabía mejor que nadie, porque me maltrataba, pero nunca dije nada. El resto de mi familia jamás tuvo contacto con nosotros, así que nunca los conocí.
La vida en mi escuela era mucho mejor, era buena en todo y sobre todo en mi clase de arte, aunque gracias a mis clases de historia y geografía pensaba que tenía unapequeña esperanza de poder salir de México para la universidad.
Me acuerdo de que me sentía sola, aunque mi novio Santiago estaba siempre conmigo, aun así me sentía sola, pensaba que México era un país de desgracias, en el que yo jamás iba a brillar por como soy. Tomé una gran desición: saldría de este horrible país sin importar qué. Conseguí 3 empleos para ganar el suficiente dinero para elviaje, comida, hospedaje y estudios; con mis empleos dure por los siguientes 3 años de preparatoria, claro que sin descuidar los estudios.
Antes presenté un examen para una escuela de estudio superior en Francia (para la cual gané una beca) y a una de arte; conseguí mi VISA y mi boleto de avión; por ultimo me despedí de Santiago, que me prometió “siempre esperarme sin importar qué”, pero yo noestaba segura de regresar.
El día de partir finalmente llegó y aunque no supiera lo que me esperaba, estaba feliz, pero para ese entonces yo tenía 21 años.
Cuando llegue, rápidamente me hice dueña de un pequeño departamento cerca de mi escuela, que ahorraba el transporte. Mientras que estuve ahí viaje hacia diferentes lugares, pero en todos, siempre era igual…me y decían que era rara y que como eraposible que yo estuviera ahí. En ese tiempo empezó una crisis en Francia que me metió en mas líos, entonces fue cuando me di cuenta que México era más solidario con sus pobladores y pasivos, así que decidí escapar regresando de nuevo a los 27 años; antes de irme le mandé una carta a Santiago diciendo que regresaría. Al llegar al aeropuerto y ver esa hermosa bandera tricolor ondeando desde miventanilla, supe desde mi corazón que había llegado, pero esa alegría y emoción desapareció de un dos por tres, porque al salir y esperar por más de 3 horas, Santiago no había llegado. Al cansarme de esperar me vi forzada a tomar un taxi con el poco dinero que tenía, además que descubrí que había nuevas construcciones y edificios sobre otros, hasta dudaba que mi vieja casa siguiera ahí y Clarisa–mi madrastra- no estuviera. Cuando llegue a casa seguía ahí, pero con nuevos muebles y adornos, aparatos y nueva pintura, lo único que faltaba era Clarisa, que al parecer abandonó la casa luego de remodelarla debido al testamento de mi padre que decía que todo eso era mío; así que desempaque y conté los dólares que me quedaban para cambiarlos al día siguiente.
Era Lunes y cuando llegue para elcambio de dinero vi que la moneda mexicana había subido drásticamente, y aunque conseguí más dinero de lo esperado, no me quitó mi cara de depresión y dudaba que algo lo hiciera; al día siguiente me encontré con una vieja amiga que me platico que Santiago ya se había casado hace ya un año, aunque eso solo me ayudó para empeorar mi situación, sentía que había caído en un gran hoyo negro, me sentí...