Historia de México
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Lujo
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Hablamos
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Bynes
Popo
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Espaguetis o
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Que aquí no metan comprado
el ojo chismoso, no.
Que no se traigan el ojo
como una voz...
Que más que para los gringos
Pancho cortó
tres casi Antillas de cañas,
tres Antillas... Sí, señor.
¡No cabrá en el ataúd,
ha crecido Pancho hoy!
Soldado, no cuide al muerto;
nometa el ojo, doctor.
Ganaba un cobre por día;
¡sabemos de qué murió!
Quítenle el jipi y la ropa,
pero aquello... aquello, no.
¡Qué serio es un hombre pobre
que no quiere ser ladrón!
La muerte aquí tiene cara
de cosa que no murió...
Cuando muere... ¡cómo vive
lo que tiene pantalón!
Soldado, no cuide al muerto,
que de pie lo veo yo.
Pancho está aquí como Pancho,
Se llama... no sellamo...
No vengan ya a preguntar
de qué murió.
Vengan a mirar a Pancho
como hago yo.
Quítenle todo del cuerpo,
todo,
pero aquello, no.
Con un pedazo de caña
entre la boca murió.
Le quiso poner azúcar
a su voz ...
Déjenlo que endulce ahora
su silencio sin reloj...
Que nadie revise a Pancho.
¡Sabemos de qué murió!
Se dice que en Ulthar, que se encuentra más allá del ríoSkai, ningún hombre puede matar a un gato; y ciertamente lo puedo creer mientras contemplo a aquel que descansa ronroneando frente al fuego. Porque el gato es críptico, y cercano a aquellas cosas extrañas que el hombre no puede ver. Es el alma del antiguo Egipto, y el portador de historias de ciudades olvidadas en Meroe y Ophir. Es pariente de los señores de la selva, y heredero de los secretos dela remota y siniestra África. La Esfinge es su prima, y él habla su idioma; pero es más antiguo que la Esfinge y recuerda aquello que ella ha olvidado.
En Ulthar, antes de que los ciudadanos prohibieran la matanza de los gatos, vivía un viejo campesino y su esposa, quienes se deleitaban en atrapar y asesinar a los gatos de los vecinos. Por qué lo hacían, no lo sé; excepto que muchos odian la vozdel gato en la noche, y les parece mal que los gatos corran furtivamente por patios y jardines al atardecer. Pero cualquiera fuera la razón, este viejo y su mujer se deleitaban atrapando y matando a cada gato que se acercara a su cabaña; y, a partir de los ruidos que se escuchaban después de anochecer, varios lugareños imaginaban que la manera de asesinarlos era extremadamente peculiar. Pero losaldeanos no discutían estas cosas con el viejo y su mujer; debido a la expresión habitual de sus marchitos rostros, y porque su cabaña era tan pequeña y estaba tan oscuramente escondida bajo unos desparramados robles en un descuidado patio trasero. La verdad era, que por más que los dueños de los gatos odiaran a estas extrañas personas, les temían más; y, en vez de confrontarlos como asesinosbrutales, solamente tenían cuidado de que ninguna mascota o ratonero apreciado, fuera a desviarse hacia la remota cabaña, bajo los oscuros árboles. Cuando por algún inevitable descuido algún gato era perdido de vista, y se escuchaban ruidos después del anochecer, el perdedor se lamentaría impotente; o se consolaría agradeciendo al Destino que no era uno de sus hijos el que de esa manera habíadesaparecido. Pues la gente de Ulthar era simple, y no sabía de dónde vinieron todos los gatos.
Un día, una caravana de extraños peregrinos procedentes del Sur entró a las estrechas y empedradas calles de Ulthar. Oscuros eran aquellos peregrinos, y diferentes a los otros vagabundos que pasaban por la ciudad dos veces al año. En el mercado vieron la fortuna a cambio de plata, y compraron alegres...
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