Historia De Miedo

Recordadme

¡Riiiiiing, riiiiing!
-¿Pero quién puede ser a estas horas?-.
Eran las dos de la madrugada mientras Stephen estaba viendo la última película de miedo que se había estrenado.

Stephen es un aficionado a estas películas, pues le gusta sentir ese cosquilleo en el estómago que aparece cuando pasa algo inesperado, y ese día sí que pasó algo imprevisto.

-Voy a dejar que cuelguen,no voy a permitir que me estropeen este momento-.
Pero el teléfono seguía sonando desde hace dos minutos.
¡Riiiiing, riiiiing!...
-Que pesada es la gente, por su culpa voy a tener que parar la película-.
-¿Quién es?-
Nadie contesta.
-¿Hola, hay alguien?-.
-¿Se puede saber quién eres y qué quieres a estas horas?- Stephen ya se estaba enfadando.
-Stephen, necesito tu ayuda, alguien mepersigue, no sé quién es, ayúdame por favor...pipi pipi pipi-.
-Se ha cortado, seguramente será una broma pesada, ¿porque si no, cómo van a saber mi nombre?-.

Stephen volvió al sofá y siguió con su película. Cuando se fue a la cama empezó a pensar en lo ocurrido hasta que acabó durmiéndose. Tuvo una pesadilla terrible, estaba en su casa tranquilamente cuando alguien golpeó su ventana y al ir aver quién era entro una especie de espectro y mientras el corría solo escuchaba en su cabeza éstas palabras “mañana un papel debajo de tu cama tendrás y si no haces lo que pone una maldición obtendrás”. Se despertó sobresaltado, lo primero que hizo fue mirar debajo de su cama y, efectivamente, allí había un trozo de papel.

-“Si quieres librar a una persona del mal, en el cementerio a las 24:00debes estar”. Esto ya no puede ser una broma, debo ir, pero antes informaré a alguien de confianza-.

Stephen cogió el teléfono y marcó unos números.

-¿Dígame?- Sonó una voz masculina al otro lado del teléfono.
-Andrés, soy Stephen, necesito tu ayuda, me ha ocurrido algo sorprendente. Quedamos a las once en el bar de enfrente de mi casa, ¿vale?-.
-De acuerdo, hasta luego-.
-Adiós-.Eran las diez y media de la mañana, mientras se vestía no podía dejar de pensar en aquella voz que escuchó por el teléfono, la voz de una chica asustada. ¿Quién sería?, ¿Qué la estaría pasando?, ¿Cómo entró esa nota en su casa?, demasiadas preguntas para averiguar él solo, por eso llamó a su mejor amigo, Andrés, de pequeños siempre jugaban a descubrir misterios que ellos mismos se inventaron, un díahasta averiguaron quién se comió la tarta de cumpleaños de su madre sin permiso, había sido el perro de Andrés. Nunca han estado separados, aunque desde que empezaron la carrera en distintos sitios se habían distanciado un poco, pero esta era una ocasión idónea para mantener el contacto.
El reloj marcaba las once menos cinco, Andrés seguramente ya estaría esperándole, asi que bajó lo más rápidoque pudo. Y así fue, ya llevaba un rato sentado en la mesa del bar.

-Hola tío, hacía tiempo que no tomábamos nada juntos- Dijo Andrés dándole una palmadita en la espalda.
-Cierto, me ha dado tiempo hasta a echarte de menos- Contestó entre risas.
-Ahora vengo voy a pedir dos cafés y me cuentas eso, que estoy muy intrigado- Dijo mientras se levantaba.

Andrés entró dentro del bar a pedir loscafés mientras Stephen se reordenaba la historia en la cabeza para que no pareciese todo una estupidez.

-Aquí tienes uno bien cargadito para que te despiertes, porque tienes cara de no haber dormido en toda la noche.-
-Gracias. Es que solo he dormido tres horas, estuve viendo esa película nueva de miedo, y cómo me gustan tanto no encontraba el momento de irme a la cama. Además tampoco tuve unabuena noche, que eso mismo he venido a contarte.- Stephen se serenó un poco.
-Macho, pues si que ha debido ser algo impactante para que tu no duermas-.

Stephen le contó todo lo ocurrido mientras le enseñaba la nota que había encontrado debajo de su cama. Andrés se quedó con la boca abierta, aunque primero no se lo acababa de creer, pensaba que era una broma de su amigo, pero al ver la cara...