Historia de un Miembro Util

HISTORIAS DEL MIEMBRO ÚTIL
Ibrahim Guerra
Monólogo 6
Un pene generoso
ACTRIZ.- (PSICÓLOGA) Una mujer de 38 años me comentó, en una de las entrevistas
que habíamos concertado, que nunca -y fueron sus palabras- había comprendido hasta
qué punto se sentían los hombres separados de su penes hasta el día en que su marido le
dijo, para justificar una de sus tantas infidelidades, que el asuntode debía a que él tenia
“un pene generoso”…. ¿¡Generoso!¿ ¿Me quieres decir que tu pene actúa por cuenta
propia de manera complaciente con quien lo requiera? Yo me resisto, le dijo él, pero
mi pene insiste. Es él quien lo hace, no yo, por lo tanto no soy culpable de la infidelidad
que él pudiera cometer. ¡¿Puede esto creerse?! Pero, esposo querido, le dijo, el pene
que te cuelga de cuerpo esparte de tu cuerpo. Es como una de tus manos. Ella no le da
una bofetada a nadie si tú no lo decides y se lo ordenas. O uno de tus pies no le suelta
una patada a alguien porque decida desquitarse de algún pisotón que le hayan dado.
Pero el pene tiene necesidades, las manos, no. los pies tampoco. Un pie no crece, como
lo hace el pene, la mano no crece como el pene, que se altera, se alza, seconmociona
cuando algo le llama poderosamente la atención. Yo tengo mis necesidades, pero el
pene también tiene las suyas. ¿Y no son las mismas? Le preguntó. No siempre. A veces,
si, pero a veces, ni cuenta me doy de lo que hace, ni por qué lo hace. Es… como si
tuviera un mecanismo propio. Es decir, le dijo: Su propio cerebro. Supongo, según eso,
que el pene es una especie de cadenita que tearrastra y tú no sabes a dónde, y, por
supuesto, tampoco sabes quien tira de ella, ¿cierto? Si, algo así. Es como una fuerza
ajena a mí que hace que mi pene me conduzca, y yo obedezco, gustoso, claro, porque
en eso entiendo que es totalmente solidario conmigo. Y pareciera que adivinara lo que
me satisface, o, mejor dicho, lo que me gusta, porque no es satisfacción lo que busco en
nadie, porqueeso lo tengo contigo, que eres mi esposa. (PAUSA Y EXPRESIÓN DE
NO CREERSE) Se quedó muda. Él supuso que era porque a ella, por supuesto, mujer al
fin, le costaba entender algo tan claro, tan preciso, ¡eso!, sobre todo, tan ma-te-ma-ti-camen-
te preciso, y ya sabemos que las matemáticas no son nuestra mejor arma de batalla
como mujeres, de algunas, quiero decir. Continuó: No sé si te quedaclaro (“Te queda
claro”, puntualizó) pero es que hay cosas que ustedes las mujeres no entienden. ¡Ahí
está, lo sabía! es una condición natural de nosotros los hombres. ¡Ya! le dije. ¡Nosotros
los hombres! perfecto, llegamos al punto: ¡Nosotros los hombres! Pero, primero, dime,
¿por qué tendrías que obedecer lo que tu pene te de ordena? ¿Es que acaso, en caso de
que él tuviera voluntad, ¡en casode que la tenga! y perdóname la falta de lógica
masculina, esa voluntad es más fuerte que la tuya que eres hombre?... lo pensó.
Convengamos, lo pensó. Ya era algo. Supuse no le resultó del todo fácil responder a la
pregunta, pero al fin reconoció lo que yo temía que reconociera: Tú lo ves de una
manera que parece fácil, pero no es así. Él tiene su propia voluntad, y, yo, claro, tengo
la mía,lo que ocurre es que estamos unidos, y no me deja otra opción que seguirlo
(HACE GESTO CON LAS MANOS: UNA SIGUE A AL OTRA MANSAMENTE)
¡Muy bien! ¿Y si lo que te propone tu pene fuera inmoral, igual pensarías que estas en
lo correcto, siguiendo como un borrego lo que él te ordena que hagas? ¡Él nunca me
haría eso a mi! me dijo casi ofendido. Él sabe que yo le he sido fiel y él, en
consecuencia,también lo es conmigo, y cualquier cosa que él haga, para mí está bien
hecho. Confío plenamente en él. (SERENA, A FUERZA DE NO CREER EL HECHO
MISMO DE HACER LA PREGUNTA) ¿Incluso fornicar con una mujer que no es tu
esposa? –No soy yo, entiéndeme, el que fornica. No soy yo, es mi pene. Tú sigues
siendo mi esposa. (IMPACIENTE) ¡Si, coño! pero eso no te da derecho a usar ese
dechado de...