Historia De Una Traición

Después de la aplastante derrota que le propinó Francisco Labastida en la elección interna del PRI para la candidatura presidencial, Roberto Madrazo negoció con el presidente Ernesto Zedillo su retorno al gobierno de Tabasco, el cual reasumió en noviembre de 1999 para preparar su propia sucesión.
Convencido que Madrazo actuaría con imparcialidad en la selección del candidato a lagubernatura, en agradecimiento por salvarlo del juicio político que pretendieron instaurarle el PRD y PAN, Arturo Núñez Jiménez “quemó sus naves”, se separó de la coordinación de los diputados federales del PRI y anunció que contendería en el proceso interno del tricolor.
Qué equivocado estaba. Su primera sorpresa la recibió al enterarse que su entenado político, el diputado Manuel Andrade Díaz, lohabía traicionado y, con todo el apoyo de Roberto Madrazo, se perfilaba como el candidato “de línea” para la continuidad del cacicazgo madracista en Tabasco.

Con todos los dados cargados en favor de Andrade, Arturo Núñez estuvo a punto de tirar la toalla, pero aún así decidió participar y seleccionó a un distinguido grupo de priistas para acompañarlo en la aventura, encabezados por exgobernador de Quintana Roo y empresario, David Gustavo Gutiérrez Ruiz, a quien designó coordinador de campaña.
También se apuntó el ex dirigente estatal del PRI, Agapito Domínguez Lacroix y, por supuesto, Manuel Andrade, con todo el respaldo del gobernador Roberto Madrazo.
La fecha de elección en el proceso interno del PRI se fijó para el domingo 2 de abril del 2000, sin embargo, desdeel inicio de la contienda el gobierno de Madrazo desplegó un millonario operativo político-electoral en los 17 municipios para avasallar a Núñez, mediante la compra de votos para favorecer a Manuel Andrade.
El corresponsal del diario La Jornada, René Alberto López, y Mireya Cuellar, enviada del diario capital, relataron así lo que sucedió aquél 2 de abril del año 2000:
Mientras en lasede estatal del PRI las cifras oficiales del proceso electoral interno daban una amplia ventaja a Manuel Andrade, por casi dos votos contra uno, en la explanada frontal del hotel Hyatt Arturo Núñez Jiménez impugnaba los resultados -no los convalidó- y lanzaba una velada amenaza al CEN de su partido: “Refrendo mi militancia priísta, aunque sé que las reservas democráticas de Tabasco no se agotanen las filas del PRI”.
“¡Alianza! ¡Alianza! ¡Alianza!”, le respondieron en un grito y con los puños en alto unos 300 seguidores al ex coordinador de la bancada priísta en San Lázaro. “¿Con quién?”, se les preguntaba a algunos. “¡Nada más que nos den línea y nos vamos al PRD!”
“Los convoco -les dijo Núñez- a que juntos sigamos adelante con el propósito indeclinable de construir un nuevoTabasco... un Tabasco sin exclusiones, sin cacicazgos, sin reelecciones”. “¡No lo vamos a dejar llegar (a Andrade)!”, fue la respuesta a gritos de la multitud, de clase media alta, resentida con Madrazo, que se congregó por la noche en el lobby.
Desde el palacio de gobierno, Roberto Madrazo Pintado enviaba un comunicado a los medios para manifestar que estaba “satisfecho con los resultados”de la elección del candidato a gobernador, porque “con este proceso interno del PRI, nuevamente gana Tabasco”.
“Confiamos en la madurez y el sentido institucional de los candidatos del PRI”, expresaba Pedro Joaquín Coldwell en el auditorio de la sede estatal del PRI, cuando ya se perfilaba un conteo favorable para Andrade.
Esas escenas fueron el colofón de una jornada electoralplagada de irregularidades, desde el robo de algunas boletas, el acarreo de votantes y el reparto de despensas, hasta -aunque todavía estaba el equipo de Núñez por entregar las pruebas- la aplicación -se dijo- de un programa coordinado por el secretario de Gobierno estatal, para conseguir a toda costa el triunfo del delfín del gobernador.
Las cosas no empezaron ni terminaron bien. Desde muy...