Historia del arte como historia de la ciudad
Profesor: Javier Ramírez Hinrichsen
Carrera de Artes Visuales
Departamento de Artes Plásticas
Universidad de Concepción
El significado de la cúpula
(1980)
GIULIO CARLO ARGAN
Del libro Historia del Arte como Historia de la Ciudad, (Editorial Laia, Barcelona 1984)
Texto con fines docentes.
Vasari fue el primero en observar que la cúpula de Santa María delFiore no estaba referida solamente al espacio de la catedral y a sus correspondientes volúmenes, sino a todo el espacio de la ciudad, o sea a un horizonte circular, en concreto al perfil de las colinas que rodean a Florencia: «Viéndosela alzarse a tanta altura que los montes en torno a Fiorenza parecen similares a ella». Está, por lo tanto en relación también con el cielo que domina esehorizonte de colinas y con el cual «parece verdaderamente que ella combate» «y de verdad parece que el cielo le tenga envidia, porque de continuo las saetas todo el día la golpean». En tiempos de Vasari era frecuente el tema retórico de la envidia de la naturaleza ante el arte que la emula y la supera, pero esta historia de las saetas que todo el día la golpean, aunque pueda tener algún fundamento en loshechos, recuerda a las habladurías populares que por un lado alaban la solidez material de la cúpula y por otro aluden a su sentido o significado cósmico. Y ésta no es la única alusión, por otra parte nada sorprendente, a un simbolismo cósmico y religioso de la cúpula.
Cuando, entre 1435 y 1436, Alberti dedicó a Brunelleschi la versión en italiano del Trattato della Pittura hacía poco que sehabía cerrado la cúpula y faltaba todavía la linterna. Aunque los florentinos siguieran con mucho interés las vicisitudes de la construcción, seguramente todavía no podía haberse formado una leyenda acerca de la cúpula. Pero del gran casquete que había aparecido (casi por milagro, pero por un milagro de la inteligencia humana) en el cielo de Florencia, Alberti dio una descripción interpretativa quenos asombra. Decir que la cúpula estaba «erguida sobre los cielos» fue, ciertamente, una figura literaria pero no un sin sentido; más bien fue decir lo mismo que dirá más de un siglo después Vasari. Hablar de cielos y no de cielo era más que natural para un literato que leía al Dante, como Alberti, pero esto no quita que el plural abarque, si no las esferas de la escolástica, por lo menos elcielo físico y el metafísico. Como este último no tiene límites, erguirse por encima de él, delinear un límite visible en el infinito, significa comprenderlo, definirlo, representarlo y como el cielo metafísico abarcaba al físico, representar al espacio en su totalidad.
En los años en que escribía el Trattato della Pitlura y De Statua (que no es de ninguna manera posterior y estáestrechamente ligado al primero), Alberti reflexionó a fondo acerca del tema de la representación. Distinguía al menos dos formas de representación-ficción: la pintura (y por afinidad de problemas el bajorrelieve), que representa mediante la proyección perspéctica de una realidad de tres dimensiones en un plano de dos dimensiones, y la escultura, que representa un objeto de tres dimensiones con otroobjeto tridimensional. La cúpula es una representación porque visualiza el espacio que, ciertamente, es real aunque no sea visible, pero es exactamente la representación del espacio en su totalidad y no de algo que ocurre en una porción del espacio. En De re aedificatoria Alberti dirá que los edificios son objetos que están en un espacio lleno de otros objetos y que, como tales, no son tan diferentesde las estatuas; tan es así que la palabra «monumento» se aplica tanto a ciertas estructuras arquitectónicas como a estatuas o esculturas en general, siempre que tengan un cierto contenido histórico-ideológico. Como objeto arquitectónico, la cúpula no tiene un interés especial para Alberti, que ni siquiera aclara que se trata de la catedral florentina y de su remate y en vez de decir «cúpula»...
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