Historia del arte francesa
David Teniers el Joven, El archiduque Leopoldo Guillermo de Habsburgo, en su galería de pinturas de Bruselas, 1651. El aprecio del arte suscitó a partir delRenacimiento un coleccionismo, que por primera vez hacía abstracción de la posible función religiosa de las representaciones (compruébese cómo se acumulan sin criterio temático obras religiosas junto a profanas)en beneficio de su consideración como depósitos de valor económico (inversión que ya no dependía del valor material de sus componentes, como en el atesoramiento de joyas y metales preciososincorporadas al arte sacro e incluso a las reliquias y los manuscritos de los monasterios medievales, sino del precio de mercado) y sobre todo de prestigio social. El arte se utilizaba como marca de distinciónde la aristocracia y casas reales europeas durante el Antiguo Régimen, y en sus palacios es donde los estudiosos del arte habían de ir a verlo y estudiarlo; de modo similar a la forma en que todotipo de eruditos y científicos visitaban los Gabinetes de Curiosidades o las bibliotecas. Artistas prestigiosos como Rubens y Velázquez actuaron como eficaces agentes comerciales, imponiendo su propiogusto y criterio, en el que sus patrones confiaban. La exhibición permanente y pública de las colecciones así acumuladas, hubo de esperar a las revoluciones burguesas, a partir de las cuales se abrieronlas más importantes pinacotecas (Museo del Louvre -1793-, Museo del Prado -1819-, National Gallery -1824-). El Museo Británico había abierto en 1759 con otro tipo de fondos, que se fueronenriqueciendo posteriormente; mientras que la Galería de los Uffizi de Florencia, que reunía la impresionante colección de los Médici, lo hizo en 1765.
Johann Zoffani, Charles Townley en su galería deesculturas, 1782. A finales del siglo XVIII la tarea de los anticuarios y los coleccionistas ya contaba con criterios sólidos que se iban estableciendo por tres disciplinas autónomas: la crítica, la teoría...
Regístrate para leer el documento completo.