historia en migajas
rEsEñas
François Dosse, Historia en migajas: de annales a la “nueva historia”, 2a.
edición en español, México, Universidad Iberoamericana, 2006,
29 p. (Estudios Universitarios, 3).
José rubén romero Galván
Instituto de Investigaciones Históricas
Universidad Nacional Autónoma de México
El antiguo proverbio árabe que dice que “los hombres se parecen más a su tiempo que a
sus padres” fue rescatado por Marc Bloch
para concluir las reflexiones que constituyen
el apartado “El ídolo de los orígenes” del
capítulo primero de su luminosa obra
apología para la historia. La rica significación
de esta frase recorre el libro que hoy reseñamos en su segunda edición en español, gracias a los auspicios de la Universidad
Iberoamericana. Se trata de La historiaen
migajas: de “annales” a la nueva historia, de
François Dosse, publicado por primera vez
en su original versión francesa por la casa
Éditions La Découverte, en París, en 987.
La primera traducción al español salió de las
prensas de la editorial valenciana Alfons el
Magnànim, tan sólo al año siguiente, en
988. Es, sin duda alguna, un acierto dar de nuevo a la luz esta obra con sólo dos innovaciones: la presentación esclarecedora que
de ella hace nuestro colega Alfonso Mendiola
y un prólogo escrito por el autor para la segunda edición francesa, la de 997.
He dicho que el antiguo proverbio al
que aludí arriba recorre esta obra de
François Dosse. Quiero, y permítaseme,
hacer algunas reflexiones a propósito de las añejas palabras que nacieron en algún mo Históricas 80
mento de la experiencia del ser humano en
el ámbito del Islam. “Los hombres se pare cen más a su tiempo que a sus padres” es
frase que encierra una riqueza insospechada, pues desde una perspectiva histórica,
que es la que aquí nos compete, el término
“tiempo” puede ser leído como “circunstancias”; de cualquier modo tanto uno como
las otras poseen un carácter dinámico y
cambiante, y por ello la influencia que ejercen sobre el hombre es también cambiante
y dinámica, de manera que éste, aunque
igual a sí mismo, es de continuo un ser distinto al que era tan sólo en el momento
anterior. Coincide en lo esencial lo que afirma el proverbio con lo que tenemos por
cierto respecto de que al hombre le está negada la calidad de esencial y sólo puede
ser considerado un ser histórico. De ahí que
sus obras se inserten de manera adecuada
en la realidad de las circunstancias que actúan sobre él y se parezcan tanto como él
al tiempo que les es propio.
La historia en migajas da cuenta de la
historiografía francesa durante un periodo
que se extiende a lo largo de cincuenta años
y es, por supuesto, obra hija de su tiempo. Su autor la escribió en los ochenta y concierne hasta la primea mitad de esa década.
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La manera como François Dosse miró su
objeto de estudio corresponde pues a ese
tiempo. La obra es fruto de las circunstancias de la Francia de entonces, que vivía los
primeros años de la novedosa experiencia de un gobierno socialista, para muchos signo de esperanzas, con Mitterrand a la cabeza. Era asimismo el tiempo en que en el
mundo se hablaba de posmodernidad.
Finalmente los años ochenta fueron también aquellos en los que los jóvenes del se senta y ocho llegaban a la madurez y vivían
plenamente, aún sin quererlo muchos de
ellos, inmersos en el establishment. Estas tres
circunstancias, y otras que mi ignorancia
me impide traer a cuento, dieron a esta
obra del profesor Dosse el carácter que posee; por ello es un acierto que la obra tal
como la hemos leído en esta edición sea
aquella que salió de las prensas de La
Découverte hace casi veinte años, pues
constituye un extraordinario testimonio de
su tiempo. A través de ella el lector cuidadoso puede acercarse tanto al autor tal cual ...
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