historia y evolucion de la estufa
Tres piedras y unas cuantas ramas secas concibieron una fogata la cual hizo posible cocinar los alimentos. Así nació el fogón, que durante varios siglos predominó en todo el mundo.
Posteriormente, en el S.XVII, se le unieron el adobe y el ladrillo, así nacían las primeras estufas
de piedra que consistían en una cámara alimentada con carbón o leña. Estas tenían dos
funciones, la primera era cocinar alimentos y la otra era dar calor a la casa, por esta razón dichas estufas ocupaban mucho espacio y el humo que emitían era muy molesto.
Benjamín Franklin, en el S.XVIII perfeccionó las estufas cerradas de leña con un modelo de
hierro que guardaba más calor con menos combustible. La estufa de Franklin sólo cumplía con
la función de calefacción para los hogares. Todas usaban leña como combustible; sin embargo,
ante la escasez debida a la sobreexplotación, su precio ascendió, lo que condujo al uso de
otros recursos naturales como el gas.
Durante el S.XIX comenzó la era de las estufas de hierro usadas para cocinar y no sólo como calefacción. Eran máquinas enormes, provistas de tubos de escape conectados a una
chimenea con una instalación para calentar agua. El inglés James Sharp patentó la primera estufa de gas propano, la cual no tuvo mucha aceptación debido a que se consideraba a dicho
gas un combustible venenoso con potencial explosivo, y se creía que era capaz de desvirtuar el sabor y textura de los alimentos.
A principios de 1900, los productores comenzaron a esmaltar y forjar el hierro para las estufas,
lo que facilitaba su limpieza.
En 1922 se integraron encendedores automáticos para las parrillas, y con el tiempo se redujo
considerablemente su tamaño y se integraron hornos en la base.
Los materiales y ...
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