Historia
Carlos A. Anderson (*)
Me voy a permitir, una vez más, ser "políticamente incorrecto". Por las razones que sean, el justo y necesario proceso de reconocimiento delespíritu emprendedor de los peruanos -comenzado por Hernando de Soto y su Otro Sendero- se ha desvirtuado. Los informales de ayer son hoy los "nuevos héroes peruanos", responsables del auge de los conosy de la transformación del Perú en el Perú de los Chávez y los Quispes. Abundan hoy las historias de transformación de empresas que ayer eran apenas unos patitos feos y hoy se muestran como hermososcisnes blancos. Y de "emprendedores" que de ser simples cargadores en el Mercado Central o taxistas (a lo Cataño) se convierten en prósperos empresarios sin que nadie -o casi nadie- les pregunte cómohicieron su primer millón (de dólares, se entiende). Estas son las historias que se destacan pero que por extensión comprenden también a los cientos de miles de trabajadores y empresarios quecohabitan el mundo de la informalidad.
El problema -como con sobriedad señala un informe del Banco Interamericano (BID), aptamente titulado "La era de la productividad"- es que este mundo, el de lainformalidad, es -en el agregado- un mundo de "productividad negativa", que detrae, y no agrega al crecimiento económico o a la transformación económica que el país requiere, una transformación delconocimiento, una revolución de la productividad. El informal, además, es un mundo que basa su "competitividad" en el no pago de impuestos, el no pago de beneficios sociales, el no pago de salarios eficientes(por no decir dignos) y la nula o casi nula absorción, innovación, adaptación o creación de nuevas tecnologías o métodos de gestión. Es decir, se trata de un sector que le agrega cero al ritmo decrecimiento, en sus mejores momentos, o, más frecuentemente, le resta dinamismo al ritmo de crecimiento económico del país.
Lo más grave de todo esto es que el sector que es predominantemente...
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