historia
Una de las formas de hablar mal de los chilenos va por ahí. Por nuestra obsesión mimética. Remedamos compulsivamente. Somos lacopia feliz del edén de lo que se nos ponga por delante.
Lo tradicional en la evolución de los idiomas es que operen sobre ella dos influencias. Una es la del hablante culto, el que leía y escribíaaun antes de la imprenta y el desarrollo de la alfabetización. Disponía, precisamente, del poder de lo escrito para gravitar en los cambios. Sus expresiones poseían permanencia en los textos.
Elotro factor es el pueblo, el hablante vulgar. El está mucho más cerca de ese soplo misterioso que se llama genio del idioma. Si toma algo en préstamo, lo remoldea a su pinta. Un ejemplo: el watchman,vigilante de las naves, pasó a ser guachimán al adoptarlo nuestros trabajadores portuarios, ¡y hay que ver que suena a nuestro!
¿Qué pasó, entonces? Pasó que hemos sufrido (nunca se aplicó tan bienuna palabra) cambios culturales artificiosos.
Con la pérdida de importancia relativa de la lectura, el hablante culto influye también relativamente menos en el desenvolvimiento de la lengua:
Yen cuanto al pueblo, al depositario del genio del idioma, su influjo se reduce porque los medios de comunicación han aumentado casi monstruosamente otras influencias.
Escuchamos más a losdobladores de la tele que a nuestros vecinos de barrio. Y los dobladores no pertenecen ni al sector de hablantes cultos ni al pueblo. Son lo que en España bautizaron como el medio pelo, el que no es pelo...
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