historia
Hoy, evocando su recuerdo muyquerido para mí, he venido a recordar los tristes pasajes de ese cuento de superstición, que tanto miedo nos causó a la hora de irnos a dormir.
Contaba la abuelita que ella todavía pudo conocer, aunqueya muy anciana, a doña Manuelita Canales, la persona más importante de esta historia, la cual debió acontecer muy a principio del siglo que pasó.
Doña Manuelita era una santa mujer; sumisa a suesposo don Camilo Briceño, bastante mayor para ella, tenía el puesto de Guarda nocturno en la antigua casa de Aduana y Agencia de Barcos "Ansaldo y Co". No tenían hijos pero aún así eran muy felices.
Sinembargo esta felicidad vino a menos, y el asunto casi le cuesta la vida a doña Manuelita, que se vio en alitas de cucaracha para que no se fuera al hueco. Y el motivo lo ocacionó la extraña ydisparatada ocurrencia que el matrimonio tuvo de variar los métodos de vida que normalmente tienen los cristianos en todo el mundo.
Figúrese -nos decía la abuelita- que como el trabajo del marido era solo denoche, resolvieron variar los tiempos de comida y también los demás menesteres de un hogar corriente. De esta suerte, a las cinco de la tarde se levantaban de la cama, tomaban su desayuno, y en tantodon Camilo se iba a su trabajo, su mujer a sus quehaceres domésticos cotidianos, que antes solía hacer de día.
La gente gozaba con ellos, pero como eran tan buenos, nadie se metía a molestarlos yhay la iban pasando, ni envidiosos ni envidiados como dijo el poeta.
A las once de la noche le llevaba a su marido el almuerzo, a las tres de la madrugada un cafecito caliente con chilasquilas bienfritas, a las seis lo esperaba a comer y las ocho de la mañana se acostaban a dormir.
Así pasaron algunos meses y cuando ya se iba haciendo un hábito en ellos ese cambio en sus costumbres, he aquí que...
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