historia
Sacaron a Blandina de la cárcel con otros cristianos, y antes de echarlos a las fieras y el grandioso anfiteatro del Lyon, fueron según costumbre, azotados, y Blandina, con grancrueldad, fue amarrado a un poste, en el centro de la arena; ella, alzados los ojos al cielo, rogaba al señor que mostrara su poder.
Soltaron las fieras; y leones, tigres, leopardos y toros se echaronsobre los mártires, que fueron despedazados, exclamando únicamente: "soy cristiano". Blandina se vio milagrosamente libre de las garras de las fieras: los leones se paraban ante ella y los tigres setendían a sus pies. Ante tal prodigio, Blandina fue de nuevo conducida a la cárcel y reservada para el espectáculo del día siguiente. Cuando llegó este día, el circo del Lyon se vio atestado de apiñadamultitud, ávida de contemplar a la hermosa heroína, a quien un poder misterioso parecía preservar del furor de las hambrientas fieras. Al verla tan bella, modesta y tranquila, movido el pueblo de unafalsa compasión, gritó:
-jura por los dioses de Roma que renunciara a la superstición cristiana, y no morirás.
Alzó Blandina las manos al cielo, como para invocar su auxilio, y cruzándolas luegosobre el pecho, respondió:
-¡soy cristiana!
Se excitó en esto una tempestad de gritos, y, a una indicación del procurador, los soldados condujeron al centro del circo a Blandina con su hijo póntico,que tenían reservado para el último combate, les entregó incienso para qué lo arrojarán sobre un braserillo, diciéndoles:
-sacrifica a la fortuna tutelar del imperio, y habrá compasión de vuestrajuventud.
Póntico y Blandina arrojan al suelo el incienso, apartando los ojos; y ante tan digna acción, la multitud irrumpe en una atronadora gritería de "¡mueran!". Vencido el populacho por un niño y sujoven madre, y ávido de sangre, hubiera saltado a la arena para acabar con sus víctimas, sino le hubiese contenido la energía de los soldados. Los lictores arrastran a póntico y Blandina, y después...
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