Historia

¿Discúlpame? … ¡no justifica! Ha pasado tanto tiempo que reencontrarnos es una de las tantas bendiciones que el señor les aflora a sus siervos cuando depara una de sus maravillosas unciones para ellos. Por otra parte, el tiempo se encarga de restablecer el alma, cierra las heridas y redimiza el dolor, así mismo, mi estimada comadre, la excusa es la glorificación de todo perdedor, es por ello,que nunca he podido compartir la justificación de una causa con el efecto de la disculpa aunque a uno se le salga de las manos justificar esa disculpa.
Comadre, yo soy un hombre lubrico pero jamás he perdido mi pundonor, con efecto o sobrio soy un caballero sobretodo un señor. Sin embargo, el transcurrir de aquellos seis meses me trastornó la vida; algo apacible y platónico se convirtió en unaferviente pasión de loco. ¿Sabe? Ante todo le pedí perdón a mi Dios, después, sin pensarlo dos veces, osadamente abrí, con ternura anhelante, mi enloquecido corazón. Y usted tajantemente me cuarto cualquier posibilidad de acceso o me rebajo a la más ridícula expresión, mi aspiración de poder penetrar a su enlutado sentimiento de amor, fue dura, déspota, exigiendo respeto por su difunto esposo y mirespetado amigo. Y enterró puntales fortaleciendo la muralla y fortificándola con bejucos espinosos por si acaso se me ocurría intentarlo de nuevo.
En verdad coma, no tenía una veraz justificación para lo que hice porque jamás me sentí culpable, lo sé y lo he razonado, en las cosas del corazón, nadie, absolutamente nadie, puede darse por certificado porque el amor nace espontaneo, sin interés, yno es obligado. Por ello no había cometido ningún pecado; siempre la admire: por sus virtudes y cualidades, mas siempre la respete, respete la amistad y respete a mi amigo del alma.
No me creo culpable por lo que paso tal vez verla sufrir con tanto ahínco me conmovió, y poco a poco despertó en miel interés de cuidar aquel capullo que demostraba debilidad y se hacía necesario protegerlo paraconvertirlo en una hermosa y fructífera flor.
Yo coma, aprendí de mi error y por fortuna, para ese tiempo se abrieron las festivas campañas políticas del senado y de cámara de la república, mi otro compadre el padrino de mi hijo mayor, iniciaba, hacia sus primeros paninos para la cámara superior, y necesitaba de un buen equipo, capaz de ejercer las afables directrices que le garantizaran un completoéxito y lo convirtieran en senador de la nación.
Mi compa, consiente de mis cualidades quiso que dirigiera el timonel de ese bienaventurado barco, donde la dificultad consistía en anclarlo en el golfo llamado senado de la república, y yo coma, volví a explotar mi osadía y asumí tal responsabilidad
Consiente de buscar un escape que me ayudara a cerrar la herida realizada en lo más profundo de miser, sin mi responsabilidad, la herida abierta por la lujuria de amor y la aventura de la vida.
Me deje aspirar de aquel rol y sin tener las sagacidades de un experto conductor pero con briosa sapiensas de un primiparo y versátil timonel, llegamos a puerto con la suficiencia de los mejores; y sacamos una de las mejores votaciones de todo el país causando revuelo en todos los sectores políticosde la nación.
Con la credencial en la mano cambiamos la trayectoria y echamos a un lado las viejas costumbres de perseguir a los perdedores, dialogamos con todos los empleados encargados de la burocracia de los perdedores y solo sacamos a los menos necesitados. Por lo tanto cuando oficiamos los cargos para nuestro movimientos fueron todos de lo mejor remunerados, entre ellos ocupe uno de los másaltos; también llegaron los auxilios parlamentarios para instituciones educativas. Petronila—mi mujer—se alardeaba en el mercado público jactándose de tener sus dos primeros hijos en colegios de la capital de la república.
Antes de terminar el periodo constitucional, ¡ya estábamos nuevamente en campaña!
El carisma de mi compa y la fuerza que había adquirido nuestro movimiento facilito la...