historia

Había una vez un muy hermoso caperucito rojo llamado Misaki. Un día, su pobre abuelita enfermó, entonces su madre encargó a Misaki de llevarle algunos pasteles para comer. La madre del caperucito ledijo muy seriamente "Caperucito, debes llevarle esta canasta a tu abuela. Pero procura no hablar con ningún extraño en el camino y llegar rápido a donde debes". Caperucito asintió sonriendo y sedispuso a caminar hasta el bosque. El bosque era muy grande, lleno de arbustos y ruidos extraños que Misaki jamás había oído. Se detuvo por unos segundos a descansar sobre una piedra que allí yacía, cuandode pronto vio que unos arbustos se movían y logró escuchar un extraño sonido. "¿Quien anda ahí?", exclamó algo asustado. Pero nadie contestó. "Ah, debe ser algún animal..", dijo Misaki queriendotranquilizarse a si mismo. Se levantó de aquella piedra en la que se encontraba sentado, y continuo con su camino. Cuando estaba a punto de llegar a destino, volvió a escuchar un ruido parecido al quehabía oído anteriormente. "¡¿Hay alguien ahí!?", gritó Misaki que ya había perdido la calma. De pronto, unos arbustos se sacudieron y de dentro de ellos, salió de manera sorpresiva, un gran lobo feroz."Oh, caperucito, ¿A donde vas tan apurado?", preguntó el lobo acercándose lentamente al niño. Misaki quedó perplejo al notar los hermosos ojos color violeta que el feroz lobo poseía. No parecía seralguien peligroso, por eso, no hizo caso a lo que su mamá le había advertido. "Voy a casa de mi abuela, señor lobo.." El susodicho se acercó aun más a Misaki, y este se sonrojo. ¿Por qué se sonrojaba?Solo era un extraño lobo. Un muy sexy y extraño lobo... "¿Y para que vas a casa de tu abuela?", volvió a preguntar aquel lobo de ojos violetas y mirada pervertida. "V-voy a llevarle una ce-esta concomida, señor lobo..", le respondió Misaki estando más sonrojado que antes. "¿Sabes? Detrás de aquellos arbustos, yace una fruta roja muy deliciosa y jugosa. ¿Te gustaría que te la muestre?", le susurró...