historia
Víctor estaba cansado luego de un largo día de tratar con cadáveres en su funeraria, lo único que quería era un buen trago para relajarse así que acudió a un bar que estaba a tan sólo una cuadra de su trabajo.
Se sentó en una mesa apartada pues solía ocurrirle que las personas notaran un aroma extraño en él aún luego de tomar una larga ducha y él no quería importunar a nadie,sin embargo una persona llamó su atención desde su lejano asiento; una mujer con larga cabellera negra y labios rojos, le pareció interesante y sumamente sensual. Al igual que él, estaba sólo en el bar y con un gesto de disgusto, la observó largamente hipnotizado por su belleza y ese halo de misterio.
Vio como al menos tres sujetos se acercaron a hablar con ella y fueron brutalmente rechazadosal poco tiempo, "vaya carácter que debe tener" pensó él, pero aún así el alcohol en su organismo le impidió controlar el impulso de hacer lo mismo que aquellos desafortunados hombres y caminó hacia ella con la completa convicción de que tendría el mismo destino.
-Disculpe señorita quería decirle que es muy atractiva.
-Gracias - respondió ella sin siquiera mirarlo.
-Podría invitarle algo detomar? - dijo él intentando sonar lo más caballerosamente posible y al contrario de la rotunda negativa que esperaba ella acercó su cara hacia él y lo olfateó.
-Qué es ese olor?
-Perdone, soy embalsamador...no quería molestarla con mi peste...- dijo él apenado y se dio la vuelta para retirarse pero ella sujetó su muñeca.
-No me molesta, por qué no se sienta conmigo? - dijo ella tan seductoramenteque él obedeció mecánicamente.
Conversaron y bebieron amenamente un par de horas, ella le hizo varias preguntas con respecto a su empleo y él averiguó que ella se llamaba Mila, que trabajaba para una revista de horror y que su personalidad era tan fascinante como su físico.
Ella le comentó que estaba escribiendo un relato acerca de un asesino en serie y que le agradecería eternamente si lallevaba a su funeraria para darle realismo a las descripciones de los cadáveres.
Víctor sabía que no era correcto dejar que alguien morboseara los cadáveres pero la realidad era que estaba muy alcoholizado y que no le podía negar nada a esos grandes y sugerentes ojos cafés, además la funeraria estaba bastante cerca. Mila se mostró muy emocionada al escuchar la afirmativa de su interlocutor y se terminósu último trago en pocos segundos.
El embalsamador caminaba bastante despacio esperando que ella cambiara de opinión en transcurso pero no fue así, llegaron al sitio y le dio un pequeño tour por las instalaciones, explicándole para que servía cada una de las herramientas.
-Muy interesante la teoría Víctor, pero la práctica siempre es mucho más interesante.- dijo ella con voz provocadora, élmiró descaradamente su bien formado cuerpo de arriba a abajo, sus pechos apenas cubiertos por una pequeña camisa de tirantes ajustada, su delgada cintura, su cadera en aquellos pantalones de cuero ajustados que marcaban la forma de esas largas y torneadas piernas; le era imposible no acceder a sus peticiones.
Tenía un cadáver recién llegado en una bolsa negra y abrió lentamente el cierre hasta que elcuerpo de un hombre de unos treinta años estuvo completamente expuesto, Mila se acercó a contemplarlo y de pronto tuvo un sobresalto, tras lo cual comenzó a buscar frenéticamente en su bolsa de mano, Víctor creyó que se había asustado y estaba buscando un pretexto para huir.
- No puede ser, que estúpida soy, olvidé mi celular en el bar! - dijo ella muy preocupada. "Lo sabía, se acobardó", pensóVíctor.
-No te angusties, vamos por él, está bastante cerca si nos apresuramos aún podemos encontrarlo.
-Y tú crees que puedo correr en tacones? - dijo ella ligeramente molesta pero de inmediato cambió su actitud - podrías ir tú? si yo voy nos tardaremos una eternidad en llegar.
-Claro, si es que no te molesta quedarte sola con él - dijo Víctor señalando al cadáver.
-Creo que ya no está en...
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