historia

Las derivas seguidas por el término “terrorista” invitan a la reflexión. El término “terrorismo” empezó a emplearse
a finales del siglo XVIII, básicamente para referirse a los actos de los gobiernos orientados a garantizar la sumisión del pueblo, para referirse, preferentemente, a los actos de los individuos.

El concepto corriente de víctima consiste en que víctima es toda persona que seviera afectada en sus derechos,
estén o no jurídicamente protegidos por el Estado no ha variado prácticamente.

Según Norman G. Finkelstein en su libro La Industria del Holocausto es una estrategia dirigida a hacer de la victimización una baza del poder constituido y de legitimación de sus acciones, a su vez, victimizadoras.
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Los constructor ideológicos erigidos sobre las “víctimas” y lavictimización, incluso, la victimización del propio
Estado proporciona a éste considerables dividendos. Por un lado, le inmuniza frente a toda crítica legítima (que
se convierte en tabú), y le otorga poderes para funcionar quebrando los derechos humanos y le permite crear
marcos legales “excepcionales” que están al margen de éstos y que le permite infligir irreparables e inmorales
castigos adetenidos, presos, huidos y familiares y estigmatizar con el sambenito de “terrorista” toda forma de
disidencia que se oponga realmente a su política: un crimen no es un crimen cuando lo cometen ellos, las autoproclamadas “víctimas”, como afirma John Pilger en The New Rulers of the World.
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De hecho, la explicación misma del terrorismo está condicionada a la estrategia de oposición, así lo reconoceel
propio Walter Laqueur, quien dice, que el que estudia el terrorismo de derechas y lo condena olvida que existe
un terrorismo de izquierda, o quien estudia lo que sucede en Cachemira apenas tiene interés en lo que sucede en
Colombia (La guerra sin fin, el terrorismo en el siglo XXI, Destino, Barcelona, 2003, pág. )
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Žižek, Slavoj, “Are we in a war? Do we have an enemy?” Texto publicadoen The London Review of Books, vol. 24,
núm. 10, 23 de mayo de 2002.Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca), -0-02
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Como sucede con los terroristas, etiqueta que sirve para banalizar la vida del enemigo.
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El libro de Samuel P. Huntingtton titulado El choque de las civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial,
constituye la expresión de la confrontación cultural en nombre dela superioridad moral.
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Hay que recordar que el partido nacionalsocialista se presenta a sí mismo como un instrumento para luchar
contra la corrupción del régimen parlamentario, que, según, el punto sexto de su programa, distribuía “los
puestos únicamente según los intereses de los partidos, sin tener en cuenta el carácter y la capacidad de los
candidatos”.
1
En general los sistemasautoritarios de poder contienen procesos de deshumanización de las personas a ser dominadas, como sucedió con las ideologías nazis y fascistas, y, en general, todas las ideologías totalitarias. Uno de los
intelectuales que ha reflexionado más críticamente sobre los efectos de la deshumanización ha sido precisamente
George Orwell en su novela 1984 en la que desarrolla profundamente las relacionesentre los procesos de deshumanización, Estado autoritario y poder.
1
Hace muy poco un soldado reconoció que había orinado un cadáver, después, de haberle matado, la victimización necesitó un grado más, como expresión de vejación última insalvable la degradación del cadáver a la
condición de basura.
1
Glucksmann, André: Le Discours De La Haine, Edt. Plon, 2004, Páris, pág. 13.
1
Žižek,Slavoj, op. cit.
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Como señala Slavoj Žižek, “Tras flirtear con la idea israelí de legitimar la tortura física y sicológica en casos de
extrema urgencia (cuando por ejemplo sabemos que uno de los terroristas detenidos tiene información que
podría salvar cientos de vidas) y de escribir declaraciones tan “neutrales” como decir que “hay algunos tipos de
tortura que claramente funcionan”, llega a...