historia
Detrás de ese experimento mental,latía la esperanza de que los humanos pudiésemos encontrar la manera de reincorporarnos al planeta en armonía con el resto de la naturaleza, y no en el perpetuo antagonismo en el que parece que vivimosahora. Pero no parece que ese sea un escenario probable a corto plazo. Más bien al contrario: cada cuatro días y medio, la población mundial aumenta en un millón de personas, lo que hace que aumente aúnmás la presión sobre los limitados recursos de nuestro planeta.
Esta cifra (combinada con nuestro desaforado apetito energético) le causó a Weisman tal impresión que le llevó de hecho a embarcarseen el periplo que acabaría dando lugar a su nuevo libro, La cuenta atrás.
Weisman condensa sus inquietudes en cuatro preguntas, tan fundamentales como difíciles de responder:
1. ¿Cuánta gentepuede albergar realmente la Tierra?
2. Si, para asegurar la supervivencia humana, tenemos que evitar que la población mundial crezca por encima de los 10.000 millones —o incluso reducirla por debajode los 7.000 millones que ya ha alcanzado—, ¿existe una manera aceptable y no violenta de convencer a la gente de todas las culturas, religiones, nacionalidades, tribus y sistemas políticos del mundode que redunda en su propio interés hacerlo?
3. ¿Qué tipo de ecosistema se requiere para mantener la vida humana, y qué especies o procesos ecológicos son esenciales para nuestra supervivencia?4. Si una población sostenible para la Tierra resulta ser menor que los más de 10.000 millones hacia los que nos encaminamos, o incluso menor que los 7.000 millones que ya sumamos, ¿cómo diseñamos...
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