Historia
Historia Patria de Carolyn P. Boyd
La historia nacional constituye un invento relativamente reciente. Lo es de Estados que se predican Naciones, de estados políticos que se pretenden naciones culturales, estableciendo una imagen propia en protagonista no sólo de un presente y para unfuturo, sino así también, mediante la historiografía, de todo un pasado. Por los lugares europeos el fenómeno arranca entre los siglos XVIII y XIX. Y llega hasta hoy una historia que se empeña, por ejemplo, sin ir más lejos, en ser de España, constituyendo Estado y produciendo Nación, y no ya de otras entidades que protagonizaban con anterioridad el relato, como iglesias, ciudades, corporaciones,órdenes, dinastías etc., donde cabían sujetos políticos y culturales sin esa pretensión tan singular y tamaña de formar Estado y representar Nación. Ante la presunción de España o también de la vecina Francia, no faltarán émulos, como Cataluña o el País Vasco, figurándose nacionalistas por subrayar la concurrencia en un mismo terreno de figuración historiográfica de Nación para habilitación de Estado.A nadie prácticamente se le escapa a nuestras alturas el secreto de que toda historiografía de sujeto nacional, cualquiera que éste sea, constituye construcción de presente y no reconstrucción de pasado, invención de tradición, en suma. Viene tiempo de reflexiones que se mueven entre descubrimientos ingenuos de mediterráneos o atlánticos y navegaciones aventuradas por mares interiores, el cataláno el vasco, y por lo que se consideran océanos, el español o el francés. Mas no hay diferencias de fondo entre émulos, por rezagados, y modelos, por adelantados. Nacionalismo es proyecto de Nación incluso para los Estados establecidos. Si sigue viva y recobra fuerza la historia de España o la de Francia, la de estos protagonismos retrospectivos, es porque la necesidad sigue dándose o inclusoincrementándose con una competencia a la que ahora se añade la común de Europa. Unas aguas no dejan de comunicarse porque haya corrientes en choque con el caudal que impone su dirección por la superficie, todavía el de los Estados. Dicho de otro modo, ni España ni Francia, sin ir nunca más lejos, se han entronizado completamente como sujetos de historia en el presente porque se hayan impuesto susimágenes mayúsculas de Naciones en el pasado. Hay, con todo, una torturada historia de la historiografía durante el último par largo de siglos donde no se dirime el conocimiento de un pasado sino la constitución de un futuro, o donde esto segundo como se trata es en clave de lo primero. A nadie se le oculta ya el misterio salvo, si acaso, a quienes siguen produciendo historia nacional, dígasenacionalista para la más convencida y resuelta. Hay también toda una historia de disciplina social por medio no sólo de cultura, de la producción de historiografía, sino también de institución, de la programación de enseñanza, que interesa neurálgicamente a la formación de Estado porque lo hace a la imaginación de Nación. La empresa constituyente de Estados a lo ancho y largo de Europa no pasa por entero através de las determinaciones normativas de las Constituciones correspondientes. Extremo tan clave como el de la identidad del sujeto político se dirime por otras vías. De interés sumo resulta entonces el estudio de la historia nacional como empeño de cara a un presente y no a un pasado, tratándose así de situarla y entenderla en su determinado momento sin término de contraste ni debate respecto asu presunto objeto pretérito. Usualmente se piensa lo contrario, esto es, que la historiografía es una empresa científica que opera por la vía empírica de documentación y la teórica de explicación respecto a tiempos pasados y su relación si acaso con el presente. Mas es esto, el propio momento, lo que priva. El mismo atribuya de dislates de la historiografía abiertamente nacionalista por...
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