historia

BJERG, María, Historias de la inmigración en la Argentina

La década de 1880 estuvo marcada por un flujo cada vez más creciente de inmigrantes europeos. La sociedad se volvía heterogénea y emergíauna cultura nueva construida por nativos e inmigrantes. Surgió el pluralismo, es decir, una sociedad en la que coexistían distintas identidades culturales, a veces difíciles de integrar.
En 1876, elpresidente Avellaneda sancionó la Ley de Inmigración y Colonización, que concebía al inmigrante como un poblador del desierto y como un agente de civilización, con conocimientos y hábitosindustriosos y metódicos, para erradicar a la “barbarie” (considerado un mal arraigado en las masas populares americanas). Se intentaba favorecer la inmigración de agricultores de Europa del Norte. Sin embargo,la mayoría de los europeos que llegaban al país eran varones jóvenes, con baja calificación laboral, de origen rural y con expectativas de regresar a sus lugares de origen. Las mujeres, niños yfamilias eran inusuales en el flujo inmigratorio.
La ley proponía crear organismos estatales que entregaran a particulares tierras públicas, basándose en la colonización agrícola de pequeñas parcelas. Así,varias compañías colonizadoras se beneficiaron como intermediarias en la venta de tierras públicas a pequeños productores rurales.
A pesar de los esfuerzos colonizadores, la mayoría de losinmigrantes e concentraron en el mundo urbano.
Un ejemplo de la experiencia colonizadora fue el de la provincia de Santa Fe. El campo del Litoral, devastado por la guerra civil, los indígenas y la poblaciónque se iba a Buenos Aires, encontraba su solución en la agricultura. Se estimulaba entonces la llegada y radicación de europeos sedientos de tierras para resolver los problemas de la región. Además, lalibre navegación de los ríos, sancionada después de la batalla de Caseros, fue fundamental para esta nueva era santafecina, que tuvo un crecimiento vertiginoso de las fuerzas productivas.
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