Historia

Documento 1
[1639]
CONTENIDO: Extractos de Dichos y hechos del señor rey don Felipe II, (el prudente). Potentísimo y glorioso Monarca de las Españas y de las Indias. Por el licenciado Baltasar Porreño, visitador general del obispado de Cuenca, cura de las villas de Sacedón y Córcoles.
FUENTE: Edición digital basada en la de Valladolid, Imp. de Juan de la Cuesta, 1863. Alicante, BibliotecaVirtual Miguel de Cervantes, 2005.
OBSERVACIONES: Publicada por primera vez en 1639 en Madrid, la obra incluye una reseña biográfica de Felipe II y diecisiete capítulos dedicados a glosar sus virtudes ilustrándolas con anécdotas.

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/03699514233515562132268/p0000002.htm -I_9_http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/03699514233515562132268/p0000002.htm - I_11_Capítulo VIII
Su rara y admirable prudencia

Viendo el emperador Carlos V que en el príncipe don Felipe su hijo se descubrían todas las virtudes pertenecientes a príncipe sucesor de tantos reinos, quiso que fuese a Flandes para que entendiese el gobierno de aquellos estados, y le tomasen amor. Y que por ser su descendencia alemana, pasase por aquella provincia, para quefuese conocido de los príncipes della y de toda la nación. Hizo el viaje a ida y vuelta por Italia felicísimamente, dejando tanta satisfacción en dichos y hechos de su prudencia e incomparable valor, que si fuera de más edad, dijo su padre, que desta vez le renunciara sus coronas, porque ya le comenzaban a fatigar las enfermedades.
Vuelto a España, ardiendo la guerra entre su padre y Enrique segundo,Rey de Francia, gobernó estos reinos con tanta madureza y prudencia, que mostró no ser inferior a su padre para mantenerlos en paz y justicia.
Cuando vino el Emperador su padre de la conquista de Argel, y arribó con naufragio su rota armada a Cartagena, descansando unos pocos de días en Murcia, le escribió una carta consolatoria, diciéndole entre otras cosas: «Considerase su Majestad Cesárea,que no quitó á los Reyes y Capitanes el merecimiento de su valor, el volver sin victoria de las empresas difíciles; porque la guerra es juego de fortuna, en que prudentes y advertidos supieron perder y ganar. Que se consolase su Majestad con que la causa justa desta empresa, la habian acompañado oraciones y sacrificios que habia sido de magnánimo acometer, y que aunque se habia perdido la presa, sehabia quedado con la gloria de valeroso, diestro y esforzado». Otras muchas cosas le dijo en la carta, que todas ellas descubrían su gran prudencia, talento y valor.
Las naciones sujetas, cuando más remotas y distantes, le reverenciaban más, concibiendo en tan grande distancia su grandeza y potencia como adorada; y persuadiéndose a que en Su Majestad había cosas mayores que las que hay comúnmenteen los demás príncipes humanos. Y así desde su casa gobernaba las Indias Orientales y Occidentales, con mas valor con sola una Real Provisión suya, que otros reyes con ejércitos de soldados y derramamiento de tesoros.
Para el buen gobierno de sus reinos, se ayudó de consejeros de Estado, Guerra, Hacienda, Justicia, Gracia, virreyes, embajadores, capitanes, y de otros ministros asistentes, más omenos, cerca o lejos de su persona y corte. Y para mantener su autoridad entre ellos, se valió de su prudencia, arte, fortuna y presencia, que lo hizo amable y temido; y los trató de manera, que ni deseaban ni apetecían mudar de señor ni de suerte. Como religioso, no les hacía agravio; como sabio, los mantenía en paz y justicia; como poderoso, los defendía de sus enemigos; y les era tratable,beneficio, justo, remunerador, grave, severo, constante, sesudo, sin parcialidad, sin fraude, con gran celo de la honra de Dios. Por la reverencia y amor de sus vasallos, sin diferencia ni recato, se dejó hablar en su palacio, en su Corte; y caminando por sus reinos con seguridad, porque el buen príncipe de nada teme, que Dios le guarda, los poblados se despoblaban, poblándose los caminos, corriendo...