historias continuas.



Un día perfecto, el sol brilla, el cielo es azul, corro por el campo y en el ambiente hay una música q produce una sensación de alegría. La feria ha llegado al pueblo y todo brilla.
¡Tengo 8 años!, jamás he tenido una muñeca, un osito de peluche, ni mucho menos un triciclo; tampoco había visto una feria, hasta el día de hoy.
Desde la reja puedo ver la rueda chicago el carrusel y los niñoscomen algodón de azúcar mientras hacen fila para montar en las atracciones cogidos de las manos de sus padres.
Sigo mirando desde la reja deseosa de jugar, reír y comer algodón de azúcar con las otras niñas y niños q si tienen padres. Yo no tengo papá ni mamá, ni tengo dinero para entrar a la feria, ni para comer algodón de azúcar. Sólo es una reja, un alambre de púas, saltar y estaré adentro asícomo en las películas q veo en el televisor de don Fernando, el señor q me dice q si le muestro los cucos me deja ver televisión, también me dijo un día q el niño Jesús ya no viene con regalos porque bajando del cielo por las montañas, piso una mina.
Saltaré esa reja. Pongo un pie aquí, la mano acá, el otro pie aquí, la otra mano allí, la chancla se me quedo atrancada acá, la mano de allí se mepuso morada; ¡listo!, no faltan sino los alambres de pues. ¡Ay!, rompí el vestido, don Fernando me va a pegar otra vez, ¡taque!, golpe frontal directo al rostro con una caída de 9.5 metros por segundo sin desaceleración hasta llegar al piso.
Sólo era una reja, un alambre de pues, el vestido roto y caerse de golpe al piso. Estoy adentro, aunque se q no tengo dinero para montar en las atracciones,hago la fila para la montaña rusa y por un segundo la imaginación me engaña y me creo una niña con padres, y veo a mamá y a papá ¡comprarme un algodón de azúcar! Ya estoy acá y me voy a montar en ese carro como sea. Al frente está el señor de los tiquetes, lo empujo con todas mi fuerzas y me tiro a montarme en el carrito q viene, pero fallé y el carrito q venía atrás me golpeó, me fracturó lacolumna, eso decían todos porque yo no movía los pies, y acabé de romper el vestidito, ¡hay, ahora si q don Fernando me va a matar!
Invalida me sacaron en una camilla, y al pasar por la puerta principal del parque escuche al payaso que decía feliz: ¡PASEN, PASEN AMIGUITOS, HOY, POR INAUGURACION DEL PARQUE, TODOS LOS NINÑOS Y NIÑAS ENTRAN GRATIS, RECLAMA UN ALGODÓN DE AZUCAR AL LADO IZQUIERDO DE LAMONTAÑA RUSA!




Caminaban entusiasmados por la pradera, con la ilusión reflejada en sus ojos sobre la realización de su nuevo proyecto. Querían adentrarse en la selva que no conocían para instalar allí un nuevo aserradero, pues las reservas de sus tierras estaban muy bajas y necesitaban conseguir nuevas fuentes. En el pueblo comentaban lo abundante y la buena calidad de la madera que seproducía y aseveraban que quien lograra encontrar el gran bosque, haría gran fortuna.

Los dos hermanos, con sus morrales ya algo ligeros de alimento, estaban cansados y después de mucho andar, decidieron tomar un descanso, pues el hambre y la proximidad de la noche, les anunciaba la urgencia de buscar un refugio. Sin embargo, debido a lo agreste del lugar, se vieron en la obligación de continuar,con la esperanza de encontrar un sitio ideal para instalar sus tiendas y armar una buena fogata en previsión contras las fieras y bichos de la noche. La verdad es que se sentían perdidos. La ruta que inicialmente estaba tan bien demarcada, se había diluido después de salvar colinas, ríos y selvas. Poco a poco fueron viendo como se transformaba el paisaje y se volvía más inhóspito y solitario. Laspocas cabañas que al principio vislumbraban, quedaron muy atrás y después de cierto tiempo, no veían ni rastro de personas. Solo unos cuantos animalejos y bichos se cruzaban, de vez en cuando, huidizos.

Ese día era el cumpleaños de Pedro. Sentía su viaje como una excitante aventura que lo conduciría muy pronto a su regalo. Tal vez, cuando llegaran al gran bosque se daría por bien servido y con...