Historias de los sobrevivientes de la bomba atómica en hiroshima y nagasaki
"Durante muchos años traté de ocultar que era una víctima del ataque nuclear; supongo que tenía miedo a ser rechazada. Ni siquiera mi hija losupo hasta que la aparición de un cáncer y mis posteriores problemas de salud hicieron imposible esconder la verdad por más tiempo. Me casé y tuve una hija que naciócompletamente sana a pesar de mis temores. Nunca imaginé que el problema vendría más tarde, cuando nació mi primer nieto. Sufrió graves deformaciones y me sentí culpable.Después vino el segundo, también con problemas, y el mundo se derrumbó para mí. Los problemas psicológicos que sufrí provocaron mi divorcio.
El día que cayó la bombame encontraba en el colegio de primaria Nagasaki, situado en una zona relativamente poco afectada. Nuestra casa estaba situada en la autopista de salida de la ciudad yuna muchedumbre trataba de huir por la carretera con el cuerpo abrasado, muchos de ellos completamente desnudos y sedientos. ‘Agua, agua’, pedían. Nuestra casa sellenó de heridos y muchos murieron en el salón. Por el día tratábamos a los afectados con aceite, intentando calmar sus quemaduras, y por la noche quemábamos loscadáveres de los muertos junto al río. Mi hermano llegó moribundo tres días después. Tenía la boca negra y la piel quemada. El dolor era tan intenso que no podíamos siquieratocarle. Murió en brazos de mi madre y marchamos a enterrarlo cuando empezó a llover. No sabíamos que era lluvia radiactiva y durante días dejamos que nos mojara. Elbarrio no había sido golpeado directamente por la bomba, pero por alguna razón fue el más afectado por la ‘lluvia negra’ posterior. Y así fue como empezamos a enfermar".
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