Historias No Contadas

- Se encontraba recostada en la piedra más grande del mar, pendiente de cualquier ruido de aleteo, en sus gestos faciales se notaba la angustia y la desesperación por querer llegar a casa.Cautelosamente fue nadando hacia otra piedra, no tan grande como para poder ocultarse, se postró detrás de ella, cerró sus ojos para tomar un profundo respiro. Dio vuelta para avanzar, y ahí, ahí estaba, defrente, esa figura ancha y larga, de color gris, abriendo su boca como si estuviera en cámara lenta y se lanzó encima de ella.

- La sirena reaccionó al escuchar las carcajadas de sus amigas quienesestaban sentadas al lado de ella; asustada, desubicada y desconcertada por las imágenes que se le acababan de pasar por su cabeza, dejó caer la fina copa que sostenía con su mano derecha.
- Decidió ira recostarse, pensó que todo lo sucedido era culpa del cansancio que la invadía, esa noche visitando a su madre en el cementerio, la había dejado agotada.
- Se levantó de la mesa, tropezando concualquier piedra u ostra que se encontrara sobre la arena, tropezando con cualquier pescado diminuto o tortuga que estuviera por el camino.
A lo lejos oía:
- ¡Guerrera! - ¡Guerrera!
- Hizo caso omisoa esas palabras que a lo lejos percibía, sabía que no le estaban hablando a ella.

Llegó a cu cama, se sentó recostándose lentamente, cerró sus ojos menos de dos segundos, los abrió y vio la fotoque tenía con su madre pegada en el techo. La echaba de menos, odiaba con todo su ser a ese cuerpo obeso que había asesinado a su madre y a su padre.
- Agobiada por los recuerdos de sus padres decideir a casa de su hermana a ver más fotos de ellos juntos.
- Tiene en sus manos la foto más antigua que tenía su hermana, ella y su madre al lado de un carrusel de estrellas.
Mientras la observabacon atención, escuchó nuevamente esa voz diciendo:
- ¡Guerrera! - ¡Guerrera!
En el parpadeo simultáneo a su reacción, volvió a ver la foto, y cayó en cuenta de su vestimenta el día en el que se tomó...