historias
Autor Desconocido
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que éste había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio aquien le dijo:
—Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo, ¿cómo puedo hacerlo?
A lo que el hombre respondió:
—Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una en cada lugar donde vayas.
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo:
—Ya he terminado. A lo que elsabio contestó:
—Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sale a la calle y búscalas.
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. Al volver, el hombre sabio le dijo:
—Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de bocaen boca y el daño ya está hecho.
Por lo cual el perdón es lo único que hará ¡que tu saco se llene de plumas nuevamente!
Índice
No Esperes Demasiado para Decir Lo que Sientes
Autor Desconocido
Había una vez un chico que nació enfermo. Una enfermedad que no tenía cura. Con 17 años y podría morir en cualquier momento. Siempre vivió en su casa, bajo el cuidado de su madre.Ya estaba harto y decidió salir sólo por una vez. Le pidió permiso a su madre y ella aceptó. Caminando por su manzana vio muchas tiendas. Al pasar por una tienda de música y ver el aparador, notó la presencia de una niña muy tierna de su edad.
Fue amor a primera vista. Abrió la puerta y entró sin mirar nada que no fuera ella. Acercándose poco a poco llegó al mostrador donde se encontraba ella.Ella lo miró y le dijo sonriente:
—¿Te puedo ayudar en algo?
Mientras él pensaba que era la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida, sintió deseos de besarla en ese mismo instante. Tartamudeando le dijo:
—Sí, eeehhh, uuuhhh... me gustaría comprar un CD.
Sin pensar, tomó el primero que vio y le dio el dinero.
—¿Quieres que te lo envuelva?, preguntó la niña sonriendo denuevo.
Él respondió que sí, moviendo la cabeza; y ella fue al almacén para volver con el paquete envuelto y entregárselo. Él lo tomó y salió de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese día en adelante visitó la tienda todos los días para comprar un CD. Siempre se los envolvía la niña para luego llevárselos a su casa y meterlos en su armario.
Él era muy tímido para invitarla a salir yaunque trataba, no podía. Su mamá se enteró de esto e intentó animarlo a que se atreviera, así que al siguiente día se armó de coraje y se dirigió a la tienda.
Como todos los días compró otra vez un CD, y como siempre, ella se fue atrás para envolverlo. Él tomó el CD; y mientras ella no estaba viendo, rápidamente dejo su teléfono en el mostrador y salió corriendo de la tienda.
¡¡¡Ringggg!!!Su mama contestó:
—¿Bueno? Era la niña, pregunto por su hijo, y la madre desconsolada comenzó a llorar mientras decía:
—¿Que, no sabes?...murió ayer.
Hubo un silencio prolongado, excepto los lamentos de la madre. Más tarde; la mamá entró en el cuarto de su hijo para recordarlo. Ella decidió empezar por ver su ropa, así que abrió su armario. Para su sorpresa se topó con montones de CDsenvueltos. Ni uno estaba abierto.
Le causó curiosidad ver tantos y no se resistió; tomó uno y se sentó sobre la cama para verlo; al hacer esto, un pequeño pedazo de papel salió de la cajita plástica. La mamá lo recogió para leerlo y decía:
"¡¡¡Hola!!!, estás súper guapo, ¿quieres salir conmigo? TQM....Sofía.
De tanta emoción la madre abrió otros y otros pedazos de papel en varios CD; y...
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