Historias
Este 12 de marzo serán acusados por homicidio José Miguel Espinosa y Eduardo Carvajal por haber diagnosticado en urgencias gastritis y no diabetes generando un coma mortal. Esta es la historia.
Por: Pacho Escobar | marzo 02, 2015
Alejandra llegó a urgencias de la clínica SHAIO con dolor deestómago y un poco de vómito. Era el primero de junio del año 2012 y la niña, con tan solo once años de edad, le contó al médico de turno que lo más raro de su malestar era que llevaba dos semanas con mucha sed. Aquella noche la atendió José Miguel Espinosa, quien de manera mecánica fue llenando la historia clínica de la paciente sin realizar ningún otro examen de rigor. Sin embargo, como si fuera unvidente, diagnosticó a la velocidad del computador: gastroenteritis.
Los padres de la niña recibieron una fórmula donde Espinosa recetó: acetaminofén, ranitidina y suero oral, además, les entregó un documento que validaba una incapacidad de siete días. Agobiados de ver a su hija con las manos apretando su panza del dolor, indagaron si se le podía realizar un análisis mucho más riguroso. Palabras máspalabras menos, Espinosa respondió: “urgencias es un servicio para salvar vidas y no para investigar enfermedades”.
De regreso a casa, adquirieron los medicamentos recetados y procedieron a seguir las indicaciones de aquel experto. Alejandra soportó con entereza por otro día más su dolor de estómago, pero el domingo entrada la mañana no pudo más. A las 9 AM del 3 de junio llegaronde nuevo a urgencias de la clínica SHAIO, pero está vez los atendió el médico Andrés Eduardo Carvajal. El joven galeno llevaba puesta una camiseta de la Selección Colombia y no paraba de hablar de James Rodríguez y del partido que jugaría el combinado colombiano aquella tarde en Lima contra el seleccionado de Perú.
Tras sentarse en su escritorio el médico Carvajal dedicó su tiempo a revisar lahistoria clínica, asintiendo con la cabeza lo que allí había dejado constatado su colega la noche anterior. Los padres como rezando un padre nuestro, le volvían a recitar los síntomas de la niña porque está vez Alejandra ya no tenía alientos ni para hablar. De nuevo el mismo examen físico, los golpecitos en el abdomen y el estetoscopio en el pecho, pero lo alarmante fue el peso de la pequeña: habíabajado más de dos kilos en menos de dos días. Al médico le pareció normal. Incluso, nunca indagó -como lo dice el protocolo- por enfermedades hereditarias en la familia de la paciente. De manera que el nuevo vidente le dio la razón a su colega y no ordenó ni siquiera otro análisis de rigor sino que cambió la ranitidina por omeprazol. El padre de la niña le pidió a Carvajal, médico general, quellamara al pediatra de turno o a algún especialista para tener otro diagnóstico, que no importaba si se tenía que hacer por la vía particular, que no importaba el dinero, que solo importaba la salud de Alejandra. “Eso no es necesario, están exagerando”, sentenció el médico.
En casa Alejandra empeoró, ya estaba muy mareada, el dolor la había silenciado y sus reacciones eran pocas. Otra vez para laclínica SHAIO, donde está vez la atendió el médico Henry Simmonds, quien por fin hizo el mínimo examen de todos los exámenes: le pinchó un dedito y en menos de 10 minutos la prueba arrojó lo que hubiera podido evitar la partida de Alejandra. Los niveles de azúcar de la niña eran exagerados, normalmente en una paciente de esa edad deben estar entre 70 y 100, pero Alejandra los tenía en 537; es decir, entres días el azúcar se le subió tanto que el diagnóstico fue ‘diabetes severa’.
De inmediato la remitieron a cuidados intensivos para evitar lo que a esas alturas ya era una fatalidad. La niña presentaba una somnolencia incontrolada pero el cuadro le había causado lo peor: daño cerebral por edema severo. “Tú eres mi papá, pero déjame dormir”, fueron las últimas palabras que Fabián Lineros...
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