Hitler
En cuanto folleto socialdemócrata llegaba a mis manos examinaba el nombre de su autor: siempre era un judío.
Examiné casi todos los nombres de los dirigentes del partidosocialdemócrata; en su gran mayoría pertenecían igualmente al «pueblo elegido», lo mismo si se trataba de representantes en el Reichsrat que de los secretarios de las asociaciones sindicalistas, de lospresidentes de las organizaciones del partido que de los agitadores populares. Era siempre el mismo siniestro cuadro y jamás olvidaré los nombres: Austerlitz, David, Adler, Ellenbogen, etc.”“hubiera podido calificarse, según mi educación y criterio, como un órgano verdaderamente nacional.
En cuanto folleto socialdemócrata llegaba a mis manos examinaba el nombre de su autor: siempre era un judío.Examiné casi todos los nombres de los dirigentes del partido socialdemócrata; en su gran mayoría pertenecían igualmente al «pueblo elegido», lo mismo si se trataba de representantes en el Reichsratque de los secretarios de las asociaciones sindicalistas, de los presidentes de las organizaciones del partido que de los agitadores populares. Era siempre el mismo siniestro cuadro y jamás olvidarélos nombres: Austerlitz, David, Adler, Ellenbogen, etc.
Claramente veía ahora que el directorio de aquel partido, a cuyos pequeños representantes combatía yo tenazmente desde meses atrás, se hallabacasi exclusivamente en manos de un elemento extranjero y al fin supe definitivamente que el judío no era alemán. Ahora sí que conocía íntimamente a los pervertidores de nuestro pueblo.
Un año de...
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