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ROYO MARÍN

LA GRACIA

Este texto es de un sacerdote, dominico, muy influyente en la teología sistemática de España. Es una autoridad en el tema que estamos estudiando, sin embargo presenta una visión del génesis desde una reflexión existencial, esto quiere decir que no le interesa tomar los datos históricos que se tienen sobre el libro, solamente el mensaje como fue entendido por loscristianos de los primeros siglos que como sabemos no contaban con los elementos científicos y las herramientas literarias que tenemos hoy día.

Lo que no cambia de todo el documento hasta nuestros días, es la comprensión que tenemos de la gracia y sus efectos, así como la relación que existe entre el ser humano y Dios.

Actividad:
En grupos realizaremos lectura del documento
Pregúntale a tumaestro las dudas que te surgan o el significado de palabras o frases que no entiendas
Finalmente has una síntesis de cada capítulo. Recuerda que una síntesis no es transcribir ideas o párrafos del texto. Una síntesis es un escrito donde, con tus palabras, cuentas las ideas más importantes del texto con una linea lógica, secuencial y clara, por eso es importante leer bien el texto, pues se requierecomprenderlo para hacerla bien.


capítulo 1 EL HOMBRE EN SU SER NATURAL


Antes de hablar de nuestra filiación divina adop­tiva, realizada por la gracia de Dios en el orden sobrenatural, es conveniente echar una breve ojea­da a la condición del hombre en el orden puramen­te natural y humano, ya que, según el consabido aforismo teológico, la gracia no viene a destruir la naturaleza, sino aperfeccionarla y engrandecerla en sumo grado.

1. El hombre, criatura de Dios
En el orden puramente natural, el hombre es, ciertamente, un criatura de Dios, ya que de El ha recibido su propio ser y su propia existencia a tra­vés de sus padres naturales; pero, hablando con toda exactitud y precisión teológica, no puede de­cirse que sea en ese orden un verdadero hijo de Dios. Como explicaremosmás adelante, toda ver­dadera filiación—sea del orden que fuere—consis­te en recibir, por vía de generación natural, la vida y la naturaleza específica del propio padre. No hay otro procedimiento posible para establecer la rela­ción padre-hijo—hablando propiamente y en senti­do estricto— que la vía de causalidad generativa. El escultor que reproduce fielmente en el mármol los rasgos y la fisonomíaexacta de uno de sus hijos, es, ciertamente, el autor de esa estatua, pero de ninguna manera el padre de la misma, ya que, por muy impresionante que sea el parecido con su hijo natural, no ha podido transmitir al mármol su pro­pia vida y naturaleza específicamente humanas.
Ahora bien: en el orden puramente natural, Dios Creador nos comunica, a través de nuestros padres, el ser y la naturalezaespecífica del hombre, pero no su propio ser y su propia naturaleza divina. El ser natural establece una relación estrechísima entre el hombre y Dios en cuanto criatura suya, pero no apa­rece aquí ningún género de verdadera filiación. Esto, como veremos, está reservado a la gracia san­tificante en el orden estrictamente sobrenatural.
2. La escala de los seres creados
En el orden puramente natural,podemos distin­guir, en el conjunto de todos los seres creados por Dios, hasta cinco grados o estadios en orden cre­ciente de perfección:
1. ° Los minerales. Existen ciertamente, pero solamente han recibido del Creador la naturaleza inerte e inanimada propia de las piedras, sin el me­nor rastro o vestigio de vida por muy imperfecta que sea. Según un célebre adagio, la vida consiste en elmovimiento inmanente—vita in motu2— como consta por la más elemental experiencia. Donde no hay movimiento propio, actual o en potencia, no hay vida de ninguna clase; aunque no todo mo­vimiento supone la vida (el agua del río corre, pero no vive) y aunque pueda comunicarse el movimien­to a un ser de suyo inanimado (a un reloj, una lo­comotora, etc.). Todos los seres inanimados reciben sus posibles...