hola
de entender. Pero la importancia no reside en el hecho de que la historia de Madame
Bovary fuera una creación literaria en tanto que la de Cohén fuera sólo una anotación.
Las condiciones de su creación y su sentido (para no decir nada de la calidad
literaria) difieren. Pero una historia es tan fictio, "unahechura", como la otra.
Los antropólogos no siempre tuvieron conciencia de este hecho: de que si bien
la cultura existe en aquel puesto comercial, en el fuerte de la montaña o en la correría
para robar ovejas, la antropología existe en el libro, en el artículo, en la conferencia,
en la exposición del museo y hoy en día a veces en la película cinematográfica.
Darse cuenta de esto significacomprender que la línea que separa modo de representación
y contenido sustantivo no puede trazarse en el análisis cultural como no puede
hacérselo en pintura; y ese hecho a su vez parece amenazar la condición objetiva del
conocimiento antropológico al sugerir que la fuente de éste es, no la realidad social,
sino el artificio erudito.
Lo amenaza, pero se trata de una amenaza superficial. Elderecho de la relación
etnográfica a que se le preste atención no depende de la habilidad que tenga su autor
para recoger hechos primitivos en remotos lugares y llevarlos a su país, como si fueran
una máscara o una escultura exótica, sino que depende del grado en que ese autor
sea capaz de clarificar lo que ocurre en tales lugares, de reducir el enigma —¿qué clase
de nombres son ésos?— al quenaturalmente dan nacimiento hechos no familiares
que surgen en escenarios desconocidos. Esto plantea varios problemas serios de verificación,
o si la palabra "verificación" es demasiado fuerte para una ciencia tan blanda
(yo preferiría decir "evaluación"), el problema de cómo hacer una relación mejor a
partir de otra menos buena. Pero aquí está precisamente la virtud de la etnografía. Si
ésta esdescripción densa y los etnógrafos son los que hacen las descripciones, luego
la cuestión fundamental en todo ejemplo dado en la descripción (ya se trate de una
nota aislada de la libreta de campo, o de una monografía de las dimensiones de las de
Malinowski) es la de saber si la descripción distingue los guiños de los tics y los
guiños verdaderos de los guiños fingidos. Debemos medir la validezde nuestras explicaciones,
no atendiendo a un cuerpo de datos no interpretados y a descripciones radicalmente
tenues y superficiales, sino atendiendo al poder de la imaginación científica
para ponernos en contacto con la vida de gentes extrañas. Como dijo Thoreau, no
vale la pena dar la vuelta al mundo para ir a contar los gatos que hay en Zanzíbar.
V
La proposición de que no conviene anuestro interés pasar por alto en la conducta
humana las propiedades mismas que nos interesan antes de comenzar a examinar
esa conducta, ha elevado a veces sus pretensiones hasta el punto de afirmar: como
lo que nos interesa son sólo esas propiedades no necesitamos atender a la conducta
sino en forma muy sumaria. La cultura se aborda del modo más efectivo, continúa
esta argumentación, entendidacomo puro sistema simbólico (la frase que nos
atrapa es "en sus propios términos"), aislando sus elementos, especificando las relaciones
internas que guardan entre sí esos elementos y luego caracterizando todo el
sistema de alguna manera general, de conformidad con los símbolos centrales alrededor
de los cuales se organizó la cultura, con las estructuras subyacentes de que ella
es unaexpresión, o con los principios ideológicos en que ella se funda. Aunque represente
un claro mejoramiento respecto de la noción de cultura como "conducta
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aprendida" o como "fenómenos mentales", y aunque sea la fuente de algunas vigorosas
concepciones teóricas en la antropología contemporánea, este enfoque hermético
me parece correr el peligro (y de manera creciente ha caído en él) de cerrar las...
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