La boda. nicholas sparks. Argumento : A pesar de que el amor de Wilson por su encantadora esposa no ha hecho más que acrecentarse con los años, ella parece haber perdido todointerés con él. Con el firme propósito de recuperar la pasión en su matrimonio Wilson le prepara una sorpresa que planea darle cuando cumplan treinta años de casados. Lo que Wilson no sabe es que su hija va a anunciarles su pronto matrimonio y que precisamente lo va a hacer en esa misma fecha.M e pregunto si es de veras posible que un hombre llegue a cambiar. ¿O el carácter y el hábito conforman loslímites inamovibles de nuestra vida. Prologo: Estamos a mediados de octubre de 2003, y me paro a pensar en estas cuestiones mientras observo cómo se agita una frenética polilla contra el farol del porche. Estoy fuera, estoy solo. Jane, mi mujer, duerme en el piso de arriba, y ni siquiera ha cambiado de postura cuando me he levantadosigiloso. Es tarde, pasa ya con mucho de la medianoche, tiene el aire una frescura que encierra la promesa de que llegará el invierno adelantado. Llevo un grueso albornoz de algodón, y aunque pensaba que sería suficiente para mantener el frío a raya, me doy cuenta de que me tiemblan las manos antes de introducirlas hasta el fondo de los bolsillos.Por encima de mí, las estrellas son puntos de pinturaplateada esparcidos en un lienzo de color carbón. Veo Orión y las Pléyades, la Osa Mayor y la Corona Boreal, y me parece que tendría que servirme de inspiración el hecho de que no sólo contemplo las estrellas, sino que miro también el pasado. Las constelaciones resplandecen con una luz que fue emitida hace eones, y aguardo al verlas que algo me llegue, las palabras que un poeta podría emplearpara esclarecer los misterios de la vida, pero no llega nada.No me sorprende. Nunca me he tenido por un hombre sentimental; si cualquiera se lo preguntase a mi mujer, a buen seguro semostraría muy de acuerdo. No me ensimismo en las películas o las obras de teatro, nunca he sido un soñador, y si aspiro a poseer alguna maestría en esta vida, es a lo sumo la que definen las reglas del Ministerio deHacienda y codifica la ley. He pasado la mayor parte de mis días y de mis años dedicado a la abogacía, especializándome en asuntos de herencias, en compañía de personas que se preparan para afrontar su propia muerte, y supongo que habrá quien diga que por eso mismo mi vida tiene una menor carga de significado. Sin embargo, aun cuando tengan razón, ¿qué puedo hacer? No me disculpo por nada, nunca lo hehecho, y cuando termine mi historia tengo la esperanza de que el lector sabrá ver esa peculiaridad de mi carácter con ojos benévolos.Por favor, no quisiera que me interpreten erróneamente. Puede que no sea un hombre sentimental, pero no carezco por completo de emociones, y hay momentos en los que me embarga una profunda sensación de asombro. Por lo general son las cosas sencillas las que meparecen extrañamente conmovedoras: estar entre las secuoyas gigantes de la Sierra Nevada, o contemplar cómo chocan unas con otras las olas del océano ante el cabo Hatteras, lanzando al cielo penachos de sal. La semana pasada noté que se me ponía un nudo en la garganta cuando vi a un niño pequeño que buscaba la mano de su padre mientras paseaban por la acera. Y no deja de haber otras cosas: a vecespierdo del todo la noción del tiempo cuando contemplo el cielo repleto de nubes azotadas por el viento, y cuando oigo el retumbar de los truenos siempre me acerco a la ventana para esperar los relámpagos. Cuando el siguiente destello ilumina el cielo, a menudo noto que me invade cierta añoranza, aunque no sabría explicar qué es lo que me parece en esos momentos que falta en mi vida.Me llamo Wilson...
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