Baja California posee varios sitios arqueológicos; los mejor conocidos y divulgados hasta el momento son los referentes a la manifestación rupestre que contemplan pintura,petrograbado y petroglifos.Estos territorios fueron ocupados por grupos nómadas que vivieron en la región, mismos que basaban su existencia en la recolección de frutos, semillas,raíces, productos marinos y la caza. Estos grupos dejaron plasmada su presencia mediante diversos dibujos en las paredes y techos de los resguardos rocosos o en las paredes exteriores delos bloques pétreos. Dichos lugares fueron utilizados como campamentos estacionales, talleres líticos o concheros.Los yumanos, de quienes descienden los actuales grupos étnicosde la región (cucapá, kiliwa, pai-pai y kumiai), fueron integrantes de las corrientes migratorias de los pueblos que se introdujeron a la península de Baja California desde elnorte, ocupando un lugar muy importante en el proceso de desplazamiento.
La zona arqueológica de Peralta, una de las más importantes en el estado de Guanajuato, fue la primera de las10 anunciadas por el presidente Felipe Calderón en abrir sus puertas al público este jueves. Se trata de uno de los sitios rectores de la llamada Tradición del Bajío, que tuvo sudesarrollo entre el 300 y 700 d.C, hacia el ocaso de Teotihuacán y el inicio de Tula como ciudad hegemónica en Mesoamérica.
En la ceremonia de apertura, Alfonso de María yCampos, titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), señaló que “Peralta es un ejemplo exitoso debido a la concertación de intereses entre los gobiernos federal,estatal y municipal, ejemplo de ello fue la adquisición de las 25 hectáreas que comprenden el núcleo del asentamiento, recursos que solventó el ayuntamiento de Abasolo.”
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